18 enero, 2005

¿Tregua? no gracias

Los sicarios de José Ternera, compañero de fatigas políticas del señor Ibarretxe, no lo olvidemos, nos han mostrado hoy el tipo de tregua que podemos esperar de ellos. Hace años el por entonces Ministro del Interior, Jaime Mayor, acuñó el afortunado término “tregua trampa” para la escala técnica que por aquel entonces emprendía la banda terrorista.

Ahora ETA vuelve a hablar de tregua, vuelve a amenazar con una tregua podríamos decir, pero antes nos demuestra que tiene capacidad operativa, que está preparada para matar y que desde la presunta paz lo que quiere es tutelar el proceso de solución de lo que ellos llaman “conflicto vasco”, que no es otra cosa que su miserable existencia.

El PNV lleva desde el Pacto de Estella de la mano de los asesinos intentando sacar tajada política de que ETA continúe dispuesta a matar. El binomio ETA-Batasuna, por su parte, está acorralado policialmente y ha encontrado en esta alianza su válvula de escape salvadora y la justificación de su existencia, pues el PNV les deja encantado el papel de vigilante en la sombra, de pieza última del chantaje al que quiere someter a toda la sociedad española.

Ibarretxe y su partido creen que tienen en los asesinos a una bonita jauría de perros con la que amenazarnos: o pasáis por el aro o estos os muerden. De lo que parecen no darse cuenta es que cuando se queden solos con ellos los perros no van a tener otra cosa que morder que a sus cuidadores sabinianos. Y moder está en su naturaleza , como decía aquel, y además llevan demasiado tiempo riéndoles las gracias.

En resumen, que no nos vengan ahora con treguas de tres al cuarto y negociaciones en las que se trapichee con lo que es innegociable: lo único que queremos oír de ETA es que se ha acabado. Y entonces veremos en qué queda el famoso “conflicto”.

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