Supongamos, por suponer algo, que en unas pocas semanas se presentase en el Congreso de los Diputados una proposición de ley presentada por un grupo de ciudadanos y avalada por las correspondientes 500.000 firmas. La propuesta, que cumpliría con todos los requisitos legales necesarios, defendería la segregación racial en todas las instituciones que dependan de una u otra administración del estado, es decir, que en las escuelas, las ventanillas, las piscinas de los polideportivos públicos, los hospitales etc. hubiese un espacio destinado a los ciudadanos de raza blanca y otro para los de aquellas otras etnias que pueblan, cada vez más abundantemente, nuestro país.
¿Sería esta proposición aceptada por la Mesa del Congreso y debatida en el Pleno? No creo, su contenido está tan manifiestamente en contra del espíritu y la letra de nuestra Constitución que sería vergonzoso verla debatida en la sede la soberanía nacional.
Pues según nuestro actual Gobierno una propuesta que es manifiestamente anticonstitucional debe ser debatida en el Pleno del Congreso ya que según López Garrido “la Mesa no es un Tribunal Constitucional que interviene para examinar el contenido de la propuesta sino que su función es analizar si cumple el procedimiento”.
A eso en mi pueblo se le llama querernos hacer comulgar con ruedas de molino o tenerla de cemento armado.
PD.: Gabriel Cisneros acaba de hacer en la radio un razonamiento similar, su ejemplo tampoco ha estado mal: una ley que legalizase la ablación de clítoris.
07 enero, 2005
Un suponer
Posted by Unknown at 9:37 a. m. Menéame
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