La “cosa” catalana ocupa buena parte del espacio de la opinión periodística hoy y prácticamente el 100 % de las columnas de nuestros periódicos. Más allá de que los análisis vayan en uno u otro sentido, tan abundante presencia indica la importancia que todo el mundo le da al hecho, bien sea en un sentido (atentos al comando justificante, “pa mear y no echar gota”) o en otro.
De entre lo mucho que he ojeado me ha llamado la atención el artículo de Javier Ortiz, sorprendentemente benévolo con los modos de la política catalana y su hermandad con la prensa:
“A ello ha contribuido lo suyo también la propia prensa de Barcelona, que nunca ha sido demasiado dada a importunar a sus administradores políticos con denuncias referidas a sus vidas corrientes y a sus cuentas no menos corrientes.(Algo sí, claro, pero sólo lo justo.)”Siempre pensé que el periodismo era otra cosa, pero bueno. Más cerca de mis ideas al respecto encuentro al siempre divertido Campany:
“(…) hay casos en que el quehacer del periodista se ve ayudado y aliviado. Son los propios políticos -Dios se lo pague- los que tiran de la manta y dejan con el culo al aire unas veces a Juan y otras a Manuela.”Por lo que se refiere a la “blogocosa liberal”, aunque no de forma tan abrumadora como en el "columnato" de la prensa también se está tratando el tema con acierto. No se pierdan al respecto los artículos de Barcepundit, Freelance Corner y Si Rajoy fuera liberal.
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