10 mayo, 2005

“Minority report” en La Habana

Quien nos iba a decir que la fantasía futurista que Steven Spilberg y Tom Cruise nos mostraron en la película “Minority report” iba a cobrar vida en el presente y, miren ustedes por donde, no precisamente en un país de avanzada y ultramoderna tecnología sino en la Cuba que acaba de descubrir la olla exprés y que está a punto de lanzar (si no lo han hecho ya) la vaca en miniatura para todos los hogares.

Como muchos de ustedes recordarán el argumento de la película se basaba en una compleja organización llamada algo así como “Pre-crimen” que se dedica a detener a los futuros asesinos momentos antes de que cometan el acto que les convertirá en tales. El mecanismo funciona a partir de los sueños premonitorios de un grupo de tres humanos con especiales poderes que son mantenidos en una especie de semivida inconsciente.

Como el despreciable coma-andante no dispone de los videntes y sus fondos de I+D no están demasiado boyantes se ha decidido por tomar un atajo (hay que ver lo gratos que les son los atajos a las dictaduras) y ha detenido a casi 60 jóvenes bajo el curioso concepto de “peligrosidad predelictiva”, es decir, antes de que cometieran ningún delito. No sabemos si la raíz de su detención será que les hayan pillado en el infame acto de pensar por sí mismos, también puede ser que sean homosexuales, por ejemplo, pues esto ha sido un comportamiento que siempre ha reportado un infame tratamiento por parte de las autoridades cubanas. En cualquier caso, les han caído penas de entre uno y cuatro años de prisión y algunos de ellos las están cumpliendo en cárceles de máxima seguridad. No quiero ni pensar lo que significará eso en Cuba.

Es curioso como el régimen asesino de La Habana se salta hasta sus propias leyes, pero hay que reconocerles que están logrando la promesa igualitaria del paraíso comunista: todos igual de pobres (bueno, algunos no tanto) e igual de indefensos ante los poderosos y la maquinaria represiva.

Supongo que tras aparecer esta noticia el señor Fraga pedirá perdón avergonzado y en la próxima fiesta del pecé no habrá caseta del Partido Comunista Cubano, fundamental pieza en la maquinaria de represión Castrista.

Si, ya sé que soy un iluso.

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