Acabo de leer un excelente libro, otro más, del periodista polaco Ryszard Kapuscinski que no quiero dejar de recomendarles, se titula “El Imperio” y es una crónica de diversos viajes del autor por el territorio de la antigua URSS y, en cierto sentido, de la relación de Kapuscinski con lo que él llama El Imperio, término por el que se refiere al enorme territorio que vivía bajo la bota bolchevique y en el que, muy acertadamente, él no veía sino una prolongación del estado zarista.
El principal de los viajes de Kapuscinski se produjo entre los años 89 y 91, es decir, en pleno desmorone del sistema comunista y cuando la URSS se estaba colapsando como país. El periodista polaco visitó alguno de los lugares más conflictivos del momento como Nagorny Karabaj, el pequeño pedazo de tierra azerbaijana habitado por armenios que se disputaban las repúblicas de Armenia y Azerbaiyán en el que pasa toda una aventura; y también ciudades y zonas tristemente famosas en la historia soviética por ser los emplazamientos de los grandes campos de concentración siberianos: Kolymá, Vorkutá, lugares a los que la millones de personas eran enviados a morir por las razones más ilógicas, variadas e incomprensibles que imaginarse pueda.
Dentro de su estilo habitual Kapucinski se acerca al pueblo (en el buen sentido de la palabra) habla con artistas, con políticos (pocos) y, sobre todo, con gente de la calle, con antiguos presos, con amas de casa y trabajadores que no pueden comprar nada en las vacías tiendas.
El libro es una excelente fotografía de lo que era la URSS y, supongo que al menos en parte, sigue siendo Rusia, políticamente y, sobre todo, desde el punto de vista de la desesperada vida diaria de los ciudadanos en un país que no funciona, en el que todo pasa por la burocracia y la corrupción y en el que la asfixiante maquinaria del estado estaba (¿está?) permanentemente enfocada a machacar al individuo, a destrozar su personalidad y su individualidad, a convertirlo en un muñeco parte de la masa.
Por otra parte, también resulta escalofriante el dibujo, por momentos extraordinariamente detallado, del inmenso mecanismo de represión creado ya en tiempos de Lenin y llevado a su paroxismo en los años de Stalin. Escrito desde los propios gulags, apropiándose de la voz de las víctimas y contándonos al mismo tiempo la vida de los verdugos nos hace sentir por momentos el inmenso frío, climatológico y moral, que debieron sufrir las decenas de millones de personas que fueron a morir a lugares como Kolymá.
Se trata, en definitiva, de un certero análisis de lo que es un sistema comunista, de lo que supone en las vidas de aquellos, los pobres, los ciudadanos anónimos, los desfavorecidos, para los que se supone que se ha creado tamaño horror. El que después de leer estas páginas siga defendiendo el sistema socialista será, inequívocamente, o un ciego o un inmoral o, quizá, ambas cosas.
Y todo escrito en el brillante estilo de Kapuscinski, con su impecable y aparentemente sencilla prosa que nos mantiene permanente pegados a sus páginas
Imprescindible.
Ryszard Kapuscinski, El Imperio, Editorial Anagrama. ISBN: 84-339-2535-6
27 junio, 2005
Así era (y es) el comunismo real: “El Imperio” de R. Kapuscinski
Posted by Unknown at 8:33 p. m. Menéame
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