19 junio, 2005

La tregua - según

Hablábamos hace bien poco de un comunicado de la banda asesina ETA y nos vemos obligados, en tan sólo dos días, a comentar la siguiente fanfarronada de esos mafiosos con txapela. Ahora anuncian que no van a volver atentar (mientras a ellos les de la gana, claro) contra políticos electos.

Esta nueva “tregua”, que no merece tal nombre, revela un montón de cosas, tanto del pensamiento interno de la banda como de la actual situación política. Por lo que se refiere a lo primero, los “ideólogos” de la goma2 nos muestran una vez más su desprecio por la vida humana y por todo lo que se acerque a la decencia, las personas sólo existen en cuanto que miembros de un colectivo (cargos electos, gente que vive en Cataluña, policías y militares, el “pueblo vasco”, los enemigos del “pueblo vasco”…) y es según esa pertenencia que merecen o no la vida. Sin embargo, también podemos ver como en su locura despliegan no poca habilidad política, cosas tan sólo aparentemente contradictorias.

En cuanto a la situación política me parece particularmente preocupante lo que esta decisión pueda querer decir de las relaciones o contactos entre el gobierno y la banda. ABC, un periódico que suele estar muy bien informado en este campo, dice cosas interesantes respecto:

Fuentes consultados por ABC sospechan que la decisión de ETA de excluir entre sus objetivos a los cargos políticos puede ser fruto de los contactos preliminares celebrados hasta el momento entre emisarios del Gobierno y representantes de la banda. Al menos, los etarras parecen interpretar que la ruptura de hecho del Pacto Antiterrorista o la presencia de EHAK en la Cámara de Vitoria son cesiones del Ejecutivo de Zapatero a las que ahora los terroristas responden con otro “gesto”.

En resumen, después de la tregua-trampa de hace unos años, la tregua-colegueo que Carod se trajo de Perpiñán y la tregua-tácita con la que el gobierno pretende hacernos comulgar con ruedas de molino mientras los de la capucha le ponen bombas al molino, nos llega ahora la tregua – según, es decir, le matamos según sea usted esto o lo otro y según nos convenga más o menos desde nuestro particular punto de vista político. Eso sí, no se crea usted que le vamos a dejar tranquilo, a lo mejor no le matamos, pero le haremos la vida imposible.

Y lo peor de todo es esta sensación de que cada vez son más fuertes…

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