En pocas ocasiones pasa por nuestro lado una noticia cuyo impacto potencial en nuestras vidas sea tan tremendo, una información de esas que sirven para darle la vuelta a una de esas esquinas de la historia tras las cuales nuestra percepción de la realidad y la perspectiva con la que la afrontamos cambiarán radicalmente.
Hoy es una de esas ocasiones.
Supongo que ustedes se preguntarán si me refiero a que se detenga a la gente por pertenecer a un partido y vociferar (o vociferar perteneciendo a determinado partido político, que es casi lo mismo pero no tiene nada que ver); o al cacao en el que se está convirtiendo la Unión Uropea; o incluso al hecho de que tengamos por nuestro suelo patrio (quiero decir, por “éste país”) a células islamistas que están enviando locos a Irak.
Pues no, todo eso son minucias frente a la noticia del año, del lustro, del siglo y, quizá, del milenio: los yanquis nos van a dejar sin jamón.
Si, ya sé que puede parecerles un poco exagerado, pero para mí es una obviedad que hasta ahora el jamón serrano y/o de bellota se había librado de la predación capitalista por la prohibición de las autoridades yanquis de que les enviásemos productos curados del cerdo. Ahora se levanta esa prohibición y todo un país de más de 250 millones de habitantes, con un alto poder adquisitivo y a los que todo lo que sea carne de marrano los vuelve locos caerán con sus garras capitalistas sobre nuestra cabaña porcina y a buen seguro que la esquilmarán y nos dejarán sin poder tocar el violín con el cuchillo jamonero, que es elemento central de nuestra especifidad cultural.
¿Qué hacer? Es obvio que tenemos que declarar el jamón bien cultural, protegerlo y, como no, subvencionarlo profusamente para que esté a la altura de nuestro poder adquisitivo, netamente inferior al de esos consumistas yanquis. No podemos dejar en las manos capitalistas del mercado el tema del jamón.
Ya es hora de que este gobierno, tan amigo de los nuevos derechos humanos él, se de cuenta de que como españoles (quiero decir, como ciudadanos europeístas de “éste país”) tenemos el inalienable derecho a comer Jabugo o, al menos, Guijuelo.
Ministra de Inclultú, ¿a qué espera para actuar?
15 junio, 2005
Una noticia de alcance
Posted by Unknown at 1:25 p. m. Menéame
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