Mucha cola ha traído, como es lógico, el articulillo (pdf) que publicó el Presidente del Gobierno de España (con perdón) en el prestigioso Financial Times. Lo que más ha llamado la atención de los comentaristas ha sido la forma vergonzosilla con la que, sin llegar a admitirlo abiertamente, venía a justificar el terrorismo pues nos encontramos inmersos en un “mar universal de injusticias”.
Hace prácticamente un año dediqué un artículo a lo que denominé “El mito del terrorista pobre y bueno” al que un año después creo sinceramente que no hace falta quitar o poner ni una coma, así que no me extenderé más sobre este tema por mucho que Zetapé me cree fuertes tentaciones al respecto.
Sin embargo, hay otro aspecto del artículo de marras que también me ha producido especial deleite y creo digno de comentar, se trata del párrafo en el que el líder de la alianza de civilizaciones aboga porque la lucha contra el terrorismo se lleve a cabo, sobre todo, en la ONU:
The appropriate forum to consolidate the political consensus against terrorism has to be the United Nations. The organisation must be given the means – including a legal framework and the operational tools – to lead the international fight against terrorism, enabling it to be waged more effectively.Como diría aquel: muy bien visto. Los lectores de este blog ya saben que Naciones Unidas no es precisamente mi organización favorita: ya he dicho alguna vez que habría que cerrarlas y sustituirlas por un “club” de países democráticos, pero aun admitiendo que sirviesen para algo cabe preguntarse si su nivel de eficacia es tal como para que dejemos en sus manos la principal tarea que hoy por hoy tiene occidente: defender sus valores y su modo de vida de la agresión terrorista.
¿Es la defensora de Srebrenica la institución adecuada para plantarle cara a Al Qaeda? ¿Debemos cruzarnos de brazos y dejar la defensa de nuestras vidas y nuestras haciendas en manos de los gestores de Petróleo por Alimentos? ¿Cómo luchará el libio que preside la Comisión de Derechos Humanos de la ONU por nuestras libertades? Y todo eso sin entrar a evaluar su prodigiosa capacidad de respuesta rápida que hemos podido comprobar, por ejemplo, en Darfur.
Normalmente me resisto a pensar que se puede llegar a ser Presidente del Gobierno siendo un perfecto estúpido pero hay ocasiones, como ésta, en las que me cuesta un esfuerzo que no sé si vale la pena…
No hay comentarios:
Publicar un comentario