03 agosto, 2005

Crónicas veraniegas: el falo

Se ha encontrado en Alemania el falo más antiguo de la humanidad, mejor dicho, la representación fálica (la escultura reproduciendo una polla, para que nos entendamos) más antigua conocida hasta ahora, porque me supongo yo que el falo ya lo tenía la humanidad puesto cuando Adán cobró vida a partir de una figurilla de barro, vamos que el hombre, como el mono, venía de serie con falo, polla, verga, miembro, bandao, tranca, badajo, pito, rabo, cola (colita, según el caso), aparato, pene, nabo, pepino o como lo queramos llamar, que por falta de nombres no va a ser.

Lo más curioso de estas noticias es comprobar como hay cosas en las que la especie avanza más bien poco: pese a su antigüedad el tema tenía unas proporciones respetables de 20 centímetros de largo por 3 de ancho, aunque no utilizaron como modelo a Rocco Siffreddi hay que reconocer que no se trata de una birria sino de una señora tranca.

Por otra parte, también me llama la atención lo avispadas que estaban nuestras congéneres primitivas, ya que según los expertos tanto por sus dimensiones “naturales” (caray con los expertos) como por su perfecto pulimentado se trata de un objeto que probablemente era usado como “ayuda sexual”. Como diría la radio-fórmula: ¡guauuuuuu lo más caliente de la Edad de Hielo!

En definitiva, parece ser que hace 28.000 años ya se había dado cuenta de que, como decía aquel, “la jodienda no tiene enmienda” y, puesto que era de piedra y suponemos que realizado bajo demanda, se apostó por unas medidas más bien rotundas siempre dentro de los márgenes de lo práctico, claro, que hay cosas tan excesivas que sólo las puede usar un/una profesional. Y es que, desde el último mono al más sapiens de los homo sapiens hay temas en los que a todos nos gusta presumir…

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