26 agosto, 2005

Otra civilización con la que estamos tardando en aliarnos

Encuentro a través de Periodista Digital una interesante noticia de BBC Mundo que ha despertado en mí el ansia que todos ustedes conocen por aliarme con cuanta civilización merezca la pena y me aporte ese plus de multiculturalidad que todos andamos buscando.

Se trata de Turmekistán, ese apasionante país en lo más recóndito de la antigua Unión Soviética que, entre otros hitos históricos dignos de señalar, acaba de prohibir la música grabada en prácticamente cualquier situación de la vida diaria (vamos, como para poner una tienda de “loros”).

Inexplicablemente y aun a pesar de haber recogido el apoyo de los líderes del mundo como Mongolia, Venezuela, Irán o Turquía nuestra muy querida Alianza de Civilizaciones de nuestro no menos querido presidente Zapatero todavía no ha recabado y obtenido el fundamental apoyo de Turmekistán, una civilización tan civilizada en la que el antiguo partido comunista se llama ahora Partido Democrático (sutil ironía) y es el único que está legalizado.

Una civilización tan civilizada que prácticamente lo único que se estudia en las escuelas es el manual, titulado algo así como “Libro del alma”, que ha escrito su presidente vitalicio Saparmyrat Nyýazow, en la poltrona desde 1985. Presidente que, por cierto, se dio a sí mismo el título de Turkmenbashi, algo así como “líder de todos los turcos” y se hace construir estatuas, algunas recubiertas de oro, en todos los pueblos y parajes de la república.

Una civilización tan civilizada, en definitiva, que ha tomado medidas como cambiar los nombres a los meses del calendario, cerrar hospitales y bibliotecas y que se preocupa de prohibir la música grabada hoy, pero que ya hace un tiempo prohibió la ópera y el ballet por considerarlos innecesarios.

Yo no sé como lo ven ustedes, pero a mi me parece que da perfectamente el perfil.

No hay comentarios: