Desde que el huracán Katrina desató tu violento ataque contra Nueva Orleáns y alrededores he asistido con verdadera estupefacción al despliegue de saña e inconfesable satisfacción con la que la izquierda europea y muchos medios de comunicación se revolcaban en el fango que ha dejado tras de sí la crecida del Mississippi.
Y es que una vez que la ciudad de Ignatius Reilly amaneció inundada no hemos dejado de ver como en los telediarios y en los periódicos se hacían esfuerzos denodados por magnificar la tragedia, acusar de todo a Bush y hacer de continuo las predicciones más funestas posibles para tratar de demostrar como la administración federal había dejado que los ciudadanos de Nueva Orleáns se muriesen por decenas de miles (un futurible que se repetía con gozo telediario tras telediario) por el mero hecho de ser negros y pobres.
A mi me llama particularmente la atención que según el ejercito antiyanqui que acampa en nuestros mass media se puedan reunir en una única persona, Bush, tanta maldad y tanta estupidez. Porque imaginemos que el presidente americano es tan perverso como para dejar morir porque sí o por mero odio racial a miles de personas: ¿tan tonto quieren que sea como para no prever la caída en popularidad y apoyo que eso le va a suponer?
Pero la sagrada misión del periodista no parece ser contar la verdad sino luchar a brazo partido contra el capitalismo salvaje e imperialista que representan los EEUU y reírse de ellos cuando les cae alguna desgracia encima. Así hemos visto como se exageraban todas las cifras, se dilataban todos los plazos y, sobre todo, como se olvidaba que la naturaleza guarda en su seno este tipo de trágicas sorpresas, tan peligrosas e inevitables y ante las cuales el país más poderoso del mundo se ve fácilmente desbordado, sea o no sea su presidente el mismísimo enviado de Satanás a nuestro mundo.
Bien, es cierto que la administración federal ha cometido graves errores y en la parte que le tocaba (no excesivamente grande) ha funcionado francamente mal, hasta el propio Bush lo ha admitido, pero de ahí a lo que nos han tratado de vender media un abismo: para empezar frente a las decenas de miles de muertos que se pronosticaba encontrar la cuenta no ha llegado a mil, ayer estaba entre 650 y algo más de 800 según el medio de comunicación (y refiriéndose no sólo a Nueva Orleáns sino a todas las víctimas causadas por el Katrina); y frente a la ciudad abandonada por años y los seis meses para achicar el agua ya se habla de que 180.000 personas podrán volver a sus hogares en los próximos 10 días e incluso algunos comerciantes que ya están abriendo sus tiendas en el famoso Barrio Francés.
Decenas de miles, sí, pero de sinvergüenzas con un teclado o un micrófono en las manos.
ACTUALIZACIÓN: Se lo juro "brothers" que no lo había visto, pero resulta que Arcadi Espada habla también hoy de este tema. Obviamente, lo hace con mucho más acierto que un servidor.
18 septiembre, 2005
Decenas de miles (de sinvergüenzas)
Posted by Unknown at 2:08 p. m. Menéame
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