06 septiembre, 2005

Peces chicos que quieren comerse el mundo

Lo normal en la naturaleza, la vida y los negocios es que el pez grande se coma al chico, las grande compañías compran otras más pequeñas como inversión, para expandirse a nuevos mercados o para abrirse a sectores en los que todavía no operan, incluso en ocasiones para con ello adquirir una tecnología que piensan que puede darles una ventaja competitiva importante.

El caso contrario, el del pez chico que se come al grande no suele darse tanto ni en la naturaleza (las pirañas se comen lo que les eches sí, pero trabajando en equipo) ni en la vida ni en los negocios. Sin embargo, en España se está poniendo de moda: hace poco era una inmobiliaria de capitalización media la que intentaba comerse un banco gigantesco y ahora es una compañía de gas la que trata de tragarse una eléctrica cuyo valor en el mercado es prácticamente el doble que el del comprador.

A mí estas cosas me resultan llamativas por varias razones la primera de las cuales es, obviamente, lo antinatural del tema: que el pequeño se envalentone con el grande parece requerir algún tipo de estímulo externo o nos da a entender que, de alguna forma, la jugada está amañada, como cuando uno de esos perros chiquitines y lanudos se ponen a ladrar como posesos frente a un pastor alemán que saben que está atado.

Por otra parte la extrañeza de la jugada se multiplica al ver que los jugadores con más cartas son cajas de ahorros, ese engendro del sistema financiero español controlado por los poderes públicos autonómicos y que juega todos estos juegos con ventaja; pero lo que ya es para que empecemos a tiritar de miedo es que, además, toda la operación sea en un sector hiperintervenido en el que el estado marca los precios.

Porque si resumimos la cosa a sus bases es alucinante: una entidad semipública controla una empresa privatizada no hace tanto e intenta comprar otra empresa privatizada todavía hace menos para operar en un mercado en el que el estado dictamina a qué precios se compra y se vende. ¡Y luego hablan de capitalismo salvaje!

Mientras tanto, yo hoy he tenido que contratar un suministro de gas y, por supuesto, lo he hecho con la competencia de Gas Natural, y es que me inspiran más confianza los que se meten menos en política.

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