Cuando no eres excesivamente inteligente, tu expresión oral no es la de un Demóstenes y tu nivel cultural no da para mucho te conviene mantenerte más bien al margen de los debates, escuchar mucho, tratar de aprender algo y sólo moverte por aquellos terrenos en los que tengas una seguridad absoluta de que pisas suelo firme.
Esto es tan elemental que hasta el más iletrado de los picapedreros sería capaz de entenderlo (dicho sea con todo el cariño para quienes se ganan honradamente la vida con tan digna profesión), sin embargo no está al alcance del número dos y Secretario de Organización del PSOE, José Blanco, de profesión político (un político sui géneris porque es de los que no se presenta ni a las elecciones para presidente de la comunidad de vecinos) y de afición orador “corruto” y “corrutor” del lenguaje.
Y es que el señor Blanco (que tenía el alma negra) gusta de aparecer ante la muchachada de la prensa y mostrarnos con clarividente verbo y preclara fabla qué malas malísimas que son las derechas y que buenas buenísimas que son las izquierdas. En la última ocasión en la que nos deleitó con tan compleja construcción intelectual el motivo, la excusa, era que en el PSOE son superamigos de los gays mientras que los del PP son unos fachas homófobos, que ya se sabe que la derechona es muy homófoba porque fusilaron a García Lorca, que además de escritor y sodomita era de izquierdas, siendo para don Pepiño los dos últimos detalles de mucha más importancia que el primero.
Pero emocionado por lo firme de sus argumentos y lo contundente de su mensaje el Sr. Blanco no ha sabido parar a tiempo y se ha cubierto de “gloria” hasta los codos cuando Juan Soler, diputado del PP en la asamblea de Madrid le ha recordado la hermosa tradición de cárcel, represión y desprecio que los santones de la izquierda han tenido por los homosexuales hasta hace cuatro días, con ejemplos hasta en su propio partido como Largo Caballero, ese demócrata de toda la vida que criticaba a los comunistas porque admitían como militantes “hasta a los invertidos”.
Lo malo es que no aprenderá pero bien está que alguien, por fin, le cante las cuarenta bien cantadas. Noto como a una derecha despertándose, no sé si será verdad…
PD.: El corrector ortográfico del Word sustituye automáticamente Pepiño por pepino… ¿me estará intentando decir algo?
23 septiembre, 2005
Pepiño y la oportunidad de callarse
Posted by Unknown at 7:58 p. m. Menéame
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