18 octubre, 2005

El PSC no acepta pulpo…

…Y Maragall está dispuesto a llevarse el gobierno a casa. Por estas simas de profundidad intelectual anda la política catalana y, una vez recuperados del susto que nos ha dado Doña Letizia que esta noche prácticamente no he pegado ojo de la misma preocupación, creo que puede ser interesante apuntar un par de consideraciones al respecto (al respecto de Maragall, que de lo otro ya habrá tiempo para hablar y seguro que acabamos hartos).

Resulta que al muy honorable presidente de la Generalidad se le ha ocurrido que es un momento cojonudo para cambiar su gobierno (sí, ahora, a mitad de la movida del estatuto) y, para empezar, en lugar de comentarlo con su propio partido ha preferido pedirle opinión al señor Carod Rovira, amiguito del alma.

Lógicamente, el partido del señor Maragall, el PSC, se ha mosqueado ligeramente, pues le han hecho ver que está como de comparsa, que la cosa no va con ellos y que son el último mono del circo, con lo cual se han cabreado y le han afeado la conducta a su presidente, que les ha dicho que allí manda él y que, como se pongan tontos, se lleva la Generalidad a su casa y ya no juegan más, que para eso es suya.

Creo que este capítulo nos hace pensar varias cosas: en primer lugar resulta extremadamente sorprendente que en un sistema eminentemente parlamentario como el nuestro (tanto en Madrid como en Cataluña) alguien se atreva a quedarse colgando de la brocha por propia voluntad, creo que eso no habla del importante nivel de endiosamiento del President (o de su alejamiento de la realidad), que a los dos años de llegar ya se cree que el cargo es suyo por derecho divino o similar.

Por otro lado, creo que es una muestra más de lo poco estable y lo poco operativo que es el actual gobierno catalán, siempre al borde del macrosocavón de El Carmel e incapaz de una acción de gobierno que merezca tan nombre. A su vez, esta situación no es sino el reflejo de una clase política y una sociedad, las catalanas, que creo que tienen bastante perdido el norte, como su propio “President”.

La cosa promete durar y ser sumamente divertida, para empezar hoy el propio Maragall ha afirmado en el “Parlament” que seguirá adelante con los cambios pero dentro de un ratito, y que habrá reuniones “discretas” para que la canallesca no lo enmiende todo.

Caudillismo y secretismo: las claves de la política catalana. Ya sólo nos falta que vuelva el 3%.

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