14 noviembre, 2005

Un fin de semana movidito

He de confesar que he sufrido un feroz síndrome de abstinencia, pero a pesar de ello el pasado ha sido un fin de semana de desintoxicación informativa a la que me he visto “obligado” al encontrarme en un relajante viaje por los andurriales perdidos de la hermosísima comarca leonesa de El Bierzo (sobre el que ya les contaré algo cuando tenga un rato).

A pesar de mi ausencia la maquinaria de la actualidad no se ha detenido (incomprensible, ¿verdad? ;-) y de hecho han sido unos días muy interesantes y bastante agitados, tanto que quiero hacer un pequeño resumen y comentario de los principales acontecimientos con los que me he encontrado al volver a la realidad esta lluviosa mañana de lunes.

Por supuesto, lo más importante ha sido la masiva manifestación del sábado contra la LOE que no tuve tiempo de recomendarles antes de mi marcha y a la que no habría faltado de encontrarme en Madrid. No voy a entrar en la estúpida guerra de cifras tan habitual en los días posteriores a cosas así, simplemente creo que en este momento es pertinente pensar en cuantas ocasiones una ley sobre educación ha reunido a 400.000 personas en la calle, es un hecho sin precedentes aun asumiendo las dudosas cifras de la Delegación del Gobierno.

Según el PSOE y sus altavoces mediáticos la LOCE que promovió el Partido Popular en la segunda legislatura de José María Aznar tenía en su contra a gran parte de la sociedad y de la comunidad educativa, no recuerdo bien las manifestaciones en su contra pero calculo que reunieron algo así como la vigésima parte de personas y eso siendo muy generoso con el cálculo. Entonces fueron las suficientes para que la ley fuese salvajemente derogada en cuanto el PSOE llegó al poder… ¿qué pasara ahora?

Otra perla informativa del fin de semana ha sido la reacción de Montilla a las noticias que han aparecido últimamente en El Mundo y de las que ya nos hacíamos eco por aquí el jueves: pillado con las manos en el crédito el ministro recurre a la vieja táctica de matar al mensajero y nos “explica” que no han pagado nada porque en once años nadie se lo ha pedido, conclusión: tendré que cambiar mi hipoteca a La Caixa.

Por último (aunque me dejo muchas cosas en el tintero no es cuestión de agobiarse en pleno lunes) creo que también es muy interesante y reveladora la encuesta que publicaba ayer domingo La Vanguardia (pueden consultar la información aquí sin pasar por las suscripciones) y que es un paso más en la catarata de encuestas muy poco favorables al gobierno que publican medios a los que no podemos calificar, precisamente, como enemigos del gobierno.

Según el periódico barcelonés la distancia entre PP y PSOE se agranda, pero a favor de los populares, que “robarían” un millón de sus anteriores votantes a los socialistas. Son muchos datos más o menos coincidentes y cada día la tormenta es más fuerte. No sabemos si será suficiente, lo que está claro es que la jugada les está saliendo muchísimo peor de lo que pensaban.

La dictablanda no es perfecta del todo, al menos por ahora.

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