04 diciembre, 2005

“Una Nación de personas, de ciudadanos libres e iguales”

Como ya anuncié a mis lectores el pasado viernes, ayer estuve en la concentración convocada por el Partido Popular como homenaje a la Constitución del 78. Es la primera vez, creo, que asisto a un acto de un carácter tan “de partido”, y he de decir que creo que el PP se equivocó en parte al hacerlo así. Está claro que ellos fueron los convocantes y, supongo, serán quienes carguen con la factura, pero me parece que habría sido más hábil que el enfoque hubiese sido más amplio.

Digo esto porque lo que allí se reivindicaba es algo, desde mi punto de vista, más allá de la confrontación partidaria habitual, es un mensaje que pueden y deben defender los votantes, simpatizantes y afiliados del PP, pero también los del PSOE e incluso los de IU (si es que todavía existen). Un acto con menos “loguitis” y con menos himno probablemente habría sido más útil para llevar ese mensaje a sectores que, en muchos casos, estoy seguro de que están deseando escucharlo.

Amén de estos detalles no tan nimios me pareció que el acto estaba bien concebido y tuvo momentos realmente notables. Empezó con la Secretaria General de las NNGG del PP leyendo el preámbulo de la Constitución para que luego 19 personas venidas de las 19 Comunidades y Ciudades Autónomas leyesen otros tantos artículos de nuestra Carta Magna. Especialmente emotiva fue la presencia de personas de Cataluña o el País Vasco que nos dijeron en sus dos idiomas, el español y el de su comunidad, una frase sencilla pero emocionante: “Vengo de Cataluña a respaldar la Consitución; vinc de Catalunya a donar suport a la Constitució”.

También fue especial el momento en el que una de esas personas, no recuerdo de donde, leyó el artículo 20, el que consagra la tan poco de moda libertad de expresión, recibiendo una unánime salva de aplausos y vítores y muchos gritos vitoreando a la COPE.

Tras la lectura de estos 19 artículos llegó el momento estelar del acto, al menos desde el punto de vista político: el discurso de Mariano Rajoy. El Presidente del PP hizo un buen discurso, muy brillante en algunos momentos aunque un poquito largo. Su parroquia estaba realmente encantada (bueno, algunos directamente en éxtasis) y personalmente he de decir que hubo cosas que me gustaron mucho, especialmente las referencias a que los depositarios de los derechos y las libertades no son ni los territorios ni la historia, sino las personas.

El resumen perfecto en una frase: “no formamos una Nación de naciones, sino una Nación de personas, de ciudadanos libres e iguales”, que es el brillante sumario de algo que pensamos muchos y que está en la base de cualquier sistema real de libertades.

Por último, constatar una vez más que la peligrosísima ultraderechota fascistoide a la que se supone que representa el PP no es precisamente una cuadrilla de orcos sedientos de sangre: muchas decenas de miles de personas reunidas y no hubo agresiones, ni insultos, ni ningún tipo de salida de tono, ni rotura de escaparates o quema de contenedores.

Si eso es extremismo y radicalismo… ¿Qué será quemar más de 300 sedes al grito de “asesinos y genocidas”?

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