08 octubre, 2007

Llamazares y el suicidio político de IU (¿o es asesinato?)

El actual líder del IU, Gaspar Llamazares, está forzando la máquina en su coalición, partido o lo que sea para volver a ser el candidato en las elecciones del 2008. Tras el rutilante resultado en el 2004, en el que bajó a la mitad los ya deprimentes nueve escaños que alcanzase Paco Frutos en el 2000, el comunista asturiano se aferra a la poltrona y propicia, con ese apego por al cargo tan consecuente con su ideología, que Izquierda Unida sea el primer partido que elige en unas primarias a su candidato a presidente de España.

Esto no es malo en sí, de hecho si fuese un proceso pensado desde el principio sería hasta bueno, pero como no es ese el caso lo que refleja es un partido (o coalición o lo que sea) que camina hacia las elecciones a través de una profunda división que no creo que les haga ganar demasiados votos de su ya mengante cuenta.

Además, éste espectáculo llega después de una legislatura en la que, desde mi modesto punto de vista, Llamazares (y con él su partido) ha estado más perdido que un pulpo en un garaje, sin darse cuenta de dos elementos fundamentales a la hora de decidir su acción política: que el PP ya no estaba en el gobierno, pese a lo que no han dejado de criticarle; y que el partido al que le pueden arañar votos no son los populares sino el PSOE que, de hecho, gobierna gracias a unos centenares de miles de votos que "tomó prestados" a Izquierda Unida 11M mediante.

Y es que desde que no hace otra cosa que bailarle el agua al PSOE la coalición izquierdista no ha dejado de hundirse, bien lejos quedan los 21 diputados que logró Anguita en el 96, cuando estaba a tortas con González día sí y día también. Pese a ese frío y poco opinable dato Llamazares se ha pasado los últimos tres años y medio de "felpudo" del gobierno Zapatero, sin ninguna personalidad y sin darse cuenta de que ser más radicales que el ya muy radical PSOE no es un bagaje que pueda atraer a muchos votantes.

¿Para qué votar a un "zapaterito" de chichinabo si le puedes dar tu voto al auténtico Zapatero? Y si encima los propios comunistas se pasan el día recordándote lo mala malosa que es la derechona... ¿no es lógico decidirse por el voto útil a el mayor partido de izquierdas? En cambio, ¿en qué situación estaría ahora IU si se hubiesen desmarcado del PSOE en aspectos fundamentales como la deriva nacionalista o las desgraciadas conversaciones con ETA? Claro, que pedirle eso a los compañeros de Madrazo...

Por otra parte, tampoco hay que ser un lince para darse cuenta de que esta apuesta por un camino separado de los nacionalismo sería, además, de obligado paso para un partido que obtuvo en las últimas elecciones dos veces más votos que el ERC, por ejemplo, y tres escaños menos. ¿No debería ser cambiar la injusta ley electoral que permite que eso ocurra una de sus principales prioridades? Pues es un tema del que no oigo hablar habitualmente a Llamazares o, al menos, la misma cantidad de veces que habla de Bush y Aznar.

Yo no sé si es que son genéticamente incapaces de entender que por ese camino van hacia el desastre (bueno, en el desastre ya están), si su sectarismo antiderecha es más fuerte que la razón o si, como ya apuntábamos hace tiempo, en el fondo lo que pretende Llamazares es acabar con el comunismo en España, tarea por lo demás muy loable.

Sea por la razón que sea ahí va el tío: de "victoria" en "victoria" hasta la derrota final... que cada vez está más cerca.

2 comentarios:

Nairu dijo...

Con Llamazares IU se ha convertido en un tentáculo más del PRISOE.

La política pronacionalista de ZP les ha dejado un hueco que podrían haber aprovechado. No ha hecho nada por diferenciarse del PSOE.

Podría haber ocupado el gran espacio de la izquierda no nacionalista, pero ha preferido mantenerse bajo la protección del PRISA.

Anónimo dijo...

El fin de IU pasa por, inexorablemente, unirse de una u otra forma al PSOE. Hasta los sindicatos, tradicionalmente más beligerantes, lo han hecho de facto.

Esto es así porque, guste o no, entre los dos grandes y los nacionalistas, en este país no parece que quepa ninguna otra propuesta. Y más si no hay propuesta, ni programa, programa, programa (¿recuerdan?).

Mantener la separación PSOE-IU es como separar al PP en grupúsculos: restar poder al partido 'serio'. Efectivamente, como recoge Carmelo, el 14-M se vio a dónde iba el 'voto útil' de la izquierda española.

Ahora, probablemente, recuperen algo de terreno. Pero ¿hasta cuándo será suficiente para subsistir en posturas del siglo pasado?

Llamazares (que me parece un tipo formidablemente coherente) dirá.