María Teresa Campos o la diferencia entre los cotilleos y el periodismo

He visto esta la mañana (que duras son en ocasiones las obligaciones profesionales) la entrevista que le ha perpetrado María Teresa Campos a Soraya Sáenz de Santamaría. De hecho no es la primera que tengo que soportar algo similar desde que a alguna lumbrera de Telecinco se le ocurrió entregarle a la Campos La mirada crítica, un programa basado sobre todo en la actualidad política en el que la famosa periodista naufraga que ríanse ustedes del Titanic.

Y es que cada uno tiene que hacer lo que sabe hacer y la Campos, que no digo yo que no sirviese para hablar de grandes hermanos y similares, pasa con auténticos problemas por terrenos como los de la economía o la política, en los que se la ve totalmente perdida. Además, en lugar de asumir un poco sus muchas limitaciones su enorme ego la hace creerse más importante que sus invitados, vamos que como decía una compañera de trabajo en lugar de entrevistas parece que haga debates en los que ella es uno de los contrincantes; un púgil algo barriobajero, todo hay que decirlo, con continuas interrupciones, preguntas absolutamente capciosas... y siempre con una actitud "hay que lista soy y que peaso entrevistas hago".

Por si esto no fuera bastante, la señora Campos es además ferozmente partidista, como bien saben los lectores no es que Soraya sea uno de mis políticos de cabecera, pero la entrevista de hoy ha sido casi una cacería. Menos mal que la popular se sabe bien la lección (otra cosa no, pero estudiosa se la ve a la chica) y ha toreado la cosa con holgura y suficiencia, como Luis Francisco Esplá frente a uno de esos toros difíciles con los que suele lidiar.

Eso sí, la Campos embiste mucho pero cornear no cornea nada, para eso hay que tener algo más de idea. Claro, que tampoco se enfrenta a José Tomás...

PD.: Esto, por supuesto, no es más que mi opinión personal, eso sí, las audiencias tampoco están siendo de órdago.