Este fin de semana pasado ha terminado (más o menos, porque el sucedido en cuestión sigue apalancado en la Carrera de San Jerónimo como si fuese representante comercial de Loctite) la sucesión en Izquierda Unida, el tercer partido de España en votos que, por mor de la inutilidad de sus líderes y las injusticias de la famosa Ley D'Hont, se ha convertido en una pequeña anécdota parlamentaria: un grupúsculo (no llegan a grupo) en el que sólo hay dos y la mitad de las veces no dicen ni defienden lo mismo.
Pero a pesar de su insignificancia parlamentaria lo que pueda ocurrir con IU es interesante, tanto desde el punto de vista de la politología (palabra más fea, oigan) como por lo que el hundimiento definitivo de la formación, su larga agonía o incluso su resurgimiento pudieran significar en el conjunto del mapa político español. Dicho de otro modo, por si logrará arrebatar al PSOE algo de el electorado más a la izquierda de los socialistas o se irá al garete definitivamente, dándole a Zapatero y sus secuaces otros seiscientos o setecientos mil votos más, que quizá harían virtualmente imposible una victoria electoral del PP in saecula saeculorum.
Empecemos con un poco de historia
El futuro de IU se prometía muy feliz, allá cuando Julio Anguita amenazaba a Felipe González con un "sorpaso" que pusiese a su formación como principal referencia de la izquierda; la fortaleza electoral del PSOE (que tiene un suelo tremendo a pesar de que eso siempre se dice del PP) llevó a Anguita a quedarse en 21 escaños que ahora parecen un sueño imposible pero entonces sonaron a fracaso, aunque hay que recordar que el pobre cordobés tuvo un infarto a pocos días de las elecciones que probablemente alguna influencia tuvo en el resultado (hay que ver que suerte tiene el PSOE en esa última semana).
Ahora se critica mucho la estrategía de confrontamiento radical con el PSOE que mantenía Anguita, pero fue irse él y pactar Frutos con Almunia y en las elecciones del 2000 IU se descalabró, pasando de 21 a 8 escaños y de más de dos millones y medio de votos a justo la mitad. Desde entonces, y con Gaspar Llamazares a la cabeza, la coalición izquierdista no ha sido capaz de darse cuenta de que su enemigo electoral no es el PP, sino el PSOE, así que se ha pasado las legislaturas alertando de la llegada de la derecha fachorrona e, intencionadamente o no, llamando al voto útil a los socialistas.
Al mismo tiempo, el PSOE se ha dado cuenta de que eso de que las elecciones se ganan en el centro es un camelo arriolita como la copa de un pino, así que ha ido virando sus mensajes y parte de sus políticas a la izquierda, con una retórica cada vez más radical y alianzas con lo más granado del nacionalismo siniestro (primera acepción) y la izquierda en general (a excepción de IU, casualmente, anda que no saben nada esos).
Por supuesto, el electorado ha entendido a la perfección tanto el mensaje del peligro derechoso propagado por la propia IU como los guiños de Zapatero y sus huestes, así que progresivamente los votantes de IU (reales o hipotéticos) han ido pasándose más y más al PSOE hasta dejar a la coalición en su depauperada situación actual, es decir, al borde de la desaparición total estilo UCD.
Y así sigue IU, entre la constatación de que su estrategia de unos 10 años a esta parte ha sido un gran error (y sobre todo desde que la salida del PP del poder hizo que se pasasen el día criticando a la oposición, que es algo que no tiene mucho sentido en una democracia) y sus propios instintos básicos y primarios, que parece que en cuanto ven a algo que huela a PP, Iglesia, Mercado o capitalismo vomitan exhabruptos que ríanse ustedes de la niña del exorcista.
¿Y ahora qué?
La salida de un personaje tan negado para la política como Llamazares (cuya inutilidad creo que sólo es comparable en nuestra historia reciente con la de Hernández Mancha) puede significar una cierta mejora o, al menos, frenar algo la caída, pero tampoco hay que esperar grandes milagros de un hombre que ni tan siquiera ha sido capaz de lograr un escaño en el parlamento de Castilla La Mancha, para el que se presentó en el 2007.
En sus primeras palabras y con aquello de la huelga general pareció algo más dispuesto a dar leña al PSOE que su antecesor, pero ayer mismo andaba ya matizando (vulgo, reculado) y nos deja la incógnita de si se le calentó la boca o de verdad es consciente de que al PP no podrá quitarle votos y, por tanto, lo único que le queda es recuperar a votantes socialistas que otrora votaron a Anguita.
Por otro lado, con el "corrimiento" del PSOE hacia un izquierdismo cada vez más rampante y vulgar queda poco espacio político para que gente "normal" pueda votar a IU, afortunadamente los antisistema y los okupas no son tantos por mucho ruido que metan, así que sin que Zapatero caiga furiosamente en las garras de la corrupción como le ocurrió a Felipe no parece esa tarea fácil rascarle votos. Claro, que la crisis puede también ayudar un poco, pero yo creo que en España los gobiernos pagan muy poco por las crisis, y si no vean como quedaron las elecciones del 93 en medio de una crisis que no estaba tampoco nada mal y con el paro en el 20%...
Por último, creo que hay otro elemento que IU tendrá que repensar si quiere evitar acabar en el cementerio de los partidos olvidados con UCD, el CDS y la Operación Reformista: por mucho que ahora lo "guay" y lo izquierdoso sea ser el más nacionalista de los nacionalistas (y ser nacionalista en todos los sitios, que si te paras a pensarlo mira que eso es difícil) creo que al obrero clásico de Jaen no le deben hacer demasiada gracia las cosas de tipos como Madrazo. En mi modestísima opinión IU debería recuperar un discurso más español y más común a todas las partes de España, que tiene más lógica para un partido que se dice nacional y que está más en consonancia con su pretendido ideario: el de una izquierda que siempre ha sido estatista y, por tanto, centralista, que es la única forma seria que tiene uno de ser partidario del estado a menos que sea abiertamente independentista.
Y ahora viene el momento bola de cristal: ¿qué pasará? Pues creo que no mucho, al menos en el medio plazo: por un lado está un PSOE que ya no puede escorar mucho más su mensaje sin empezar a perder votos por el centro, al menos mientras la intensa tarea de adoctrinamiento social emprendida no de frutos más maduros; por el otro un partido tiene muy complicado crecer por sí mismo ya que la alternativa ideológica que quiere y puede representar está definitivamente caduca y, en realidad, no tiene una base intelectual o ética de peso, pero que puede verse ayudado un poco por la crisis económica descomunal en la que nos vamos a ver; y por último está un plantel de líderes que han demostrado durante los últimos años un grado de inutilidad verdaderamente sorprendente y que, para más INRI, tienen poderosas baterías mediáticas dispuestas a machacarlos en cuanto levanten un poco la cabeza.
Mi pronóstico es, por tanto, que el enfermo se mantendra estable dentro de la gravedad: ahí seguirán lampando el voto de los que no se han enterado de la caída del muro siempre que sus muchos problemas económicos (pasar de 21 escaños a 2 es lo que tiene) no se los lleven por delante.
Eso sí, a largo plazo la anormalidad de que un partido comunista siga siendo algo más que un grupo de locos extraparlamentario no puede durar mucho o no debe durar mucho, que no es exactamente lo mismo.
ACTUALIZACIÓN: No se pierdan el excelente artículo al respecto que ha colgado Antonio Pérez Henares (que sabe un rato del tema) en su blog.
PD.1: Y creo que es de justicia que alguien en el PSOE empiece a pensar la forma de agradecerle a Llamazares todo lo que ha hecho por ellos.
PD.2: Les dejo aquí un par de análisis que hice en marzo y me siguen pareciendo pertinentes:
- IU, razones para un desastre.
- Las elecciones ya no se ganan en el centro.
15 diciembre, 2008
El futuro de IU... por llamarlo de alguna forma
Posted by Unknown at 10:52 p. m. Menéame
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3 comentarios:
Carmelo,
IU perdió su masa crítica hace tiempo. Además, por su propia miopía se han quedado sin aire para respirar, como apuntas. Es sólo cuestión de tiempo y de deudas.
A lo de PD1, ¿no crees que ya se lo agradecieron? ¿salir en la tele y las tertulias todas las semanas en contraste con su escasa representatividad?¿rumores de short-listed para algún cargo / carguito? El ego, ay, el ego
Hombre, yo creo que con menos de un cargo vitalicio los servicios de el camarada Gaspar no están pagados.
Lo de salir por las teles y las tertulias puede que fuese un caramelo, pero estaba bastante envenado, creo yo: cada vez que Llamazares abría la boca se le escapaban varios miles de votos.
Un saludo,
Carmelo
Hombre, Carmelo, lo de miles de votos perdidos cada vez que abre la boca... Andarían ya por -500.000 o así.
Por otra parte , ¿qué es un hexabrupto? ¿seis improperios en disposición poligonal? ;-)
Un saludo.
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