17 febrero, 2005

Por qué votaré NO

El próximo domingo tenemos la oportunidad de acercarnos a los colegios electorales a expresar nuestra opinión sobre el tratado para establecer una Constitución Europea. Y digo bien: a expresar nuestra opinión, lo que nos pregunta es simplemente qué opinamos al respecto, como si fuese una encuesta del CIS, porque todo este sarao, todo este gasto y todo este madrugón no tienen ningún sentido real y no sirven para nada: el referéndum es meramente consultivo.

Esta será la primera de las razones por las que votaré en contra y, probablemente, la más poderosa. Me parece una inmensa tomadura de pelo que, en realidad, no tengamos capacidad real de decisión sobre algo que se supone que es tan importante. ¿Por qué se nos hurta esa responsabilidad? ¿Por qué no quieren que decidamos sobre nuestro futuro? Además, ¿a qué oscuros intereses responde esta convocatoria de una macroencuesta con aparato propagandístico de gran magnitud, baños de multitudes y parafernalia electoral variada? Pues me inclino a pensar que la única razón de peso es el lucimiento de los prebostes del PSOE.

En segundo lugar, creo que si de tener una constitución se trata estamos equivocando el método. Tenemos un Parlamento Europeo que nos cuesta nuestros buenos dineros, así que lo lógico, desde mi punto de vista, habría sido convocar una asamblea constituyente que recibiese el encargo de redactar un texto constitucional como Dios manda. En lugar de eso hemos tenido a Giscard al mando de la nave (ejem).

Si estas razones y las siempre sabias palabras de Gaspar Llamazares no fuesen suficientes, tenemos el propio texto para tomar una decisión. Pues resulta que el texto es una chapucilla francamente mejorable como reconocen habitualmente hasta los propios defensores de SI (ver tercer párrafo). Bien, pues si es mejorable ¿por qué no lo mejoramos? ¿Qué prisa tenemos? Cuando se redactó y aprobó la actual Constitución Española era obvio que el país necesitaba con urgencia una nueva norma que le ayudase en el tránsito por ese territorio desconocido y lleno de peligros llamado democracia, así que se llegó a un consenso rápido y se pasaron por encima muchas imperfecciones. Obviamente, esta no es la situación de la Unión Europea, as que ¿qué prisa tenemos ahora para tener una Constitución Europea? ¿A qué estas urgencias? Obviamente, lo único que se busca es que unos cuantos políticos se apunten un estúpido tanto.

Por último, y a para ser tan sincero con ustedes como suelo serlo, queridos lectores, he de reconocer que una parte de mi voto negativo es simplemente por el placer de meterle el dedo en el ojo a nuestro querido Presidente ZP y a la desastrosa política que está desarrollando desde que está en el poder. Voto de castigo que creo que es merecido y que, además, que mejor momento para ejercerlo que en una pantomima consultiva como la del domingo.

Y si con todas estas razones ustedes todavía no lo tienen claro lean esto, que a mí es que me entran unas ganas de votar NO que igual meto cinco o seis papeletas en el sobre.

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