21 noviembre, 2005

El núcleo duro

Parece que el gobierno se ha dado cuenta de que avanza en la dirección de sus posaderas y oponiéndose a un vendaval, es decir, de culo y contra el viento, de que las encuestas no tiran y de que hay que ponerse las pilas, así que ha decidido un par de cosas. La primera de las cuales es que los ministros se vayan por ahí de bolos para explicar los logros de su gestión, así que mientras decidimos si esto es bueno o malo para los intereses de Cetapé vamos a prestarle un poco de atención a la segunda de las medidas (copio del diario que no depende de la mañana): “reforzar un "núcleo duro" de Gobierno y partido para afrontar una "nueva etapa", en la que pasarán a primer plano la política económica y social”.

Como lo de las nuevas etapas con las mismas caras me parece cosa poco seria me he esforzado en analizar lo del núcleo duro, que estará formado por algunos de los personajes más significativos del socialismo patrio: los vicepresidentes María Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes; el jefe de Gabinete de la Presidencia, José Enrique Serrano; el secretario de Comunicación, Fernando Moraleda; el portavoz en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el secretario de Organización, José Blanco.

Por supuesto y como suele decirse en estos casos, ni están todos los que son ni son todos los que están, personalmente me llaman la atención varias cosas: no hay ningún ministro, sólo los vicepresidentes uno de los cuales, por cierto, lleva desde que empezó la legislatura dando la sensación de que pinta menos en las decisiones del gobierno que Platanito, se diría que lo ponen en la foto porque en caso contrario iba a cantar por peteneras que estuviese Maritere y ella sí que es imprescindible.

Además de ellos, una serie de “outsiders” que no se sientan en el banco azul y entre los que destaca Moraleda, casi un recién llegado a las altas esferas y con una trayectoria muy conocida en el campo de la agricultura, pero cuya presencia en este grupito me parece más relacionada por su intimidad con el presidente que con sus méritos o su capacidad política (esa afición de los "grandes estadistas" por rodearse de los más afectos en lugar de por los mejores).

Capacidad que, por el contrario, no se le puede negar a Alfredo Pérez Rubalcaba, ni para la política ni para el mal (estoy seguro que haría un buen aprendiz de cualquier Lord Oscuro del Sith), y que es sin duda alguna el perfil político más representativo del “núcleo duro” de marras. Eso sí, no es lo que podríamos denominar una “cara nueva” y no sé que más puede aportar a una acción de gobierno de la que es uno de los principales arietes incluso desde antes de estar el PSOE en el poder (España merece un gobierno que no mienta y tal).

Por último está mi querido Pepiño el de los “corrutos”, cuyo nombre se empeña en corregir el corrector de Word a Pepino de una forma significativa e inquietante, esa preclara voz de la política española cuyo verbo florido es de limpieza proverbial y cuyas capacidades de análisis exceden todo lo medido e imaginable, es algo así como el Talleyrand de la Europa S XXI, el Jefferson del constitucionalismo hispano, en definitiva: el que lo va a arreglar todo.

Y es que yo, como persona más bien en las antípodas del socialismo español y no demasiado afecto a Cetapé y compaña, me alegro de que en todos los proyectos del PSOE esté Pepiño (y dale con el pepino), seguro de que con su preclara visión política si lo la cagan antes la cagarán después.

Vamos, que el “núcleo duro” me resulta, más bien blandengue y, en definitiva, si estos son los que lo tienen que arreglar que vaya pensando Rajoy en cómo gestionar… su próxima mayoría absoluta.

No hay comentarios: