25 julio, 2007

El "juevazo", una gran metida de pata

He tenido unos días un tanto liosos y me he perdido poder comentar el que ha sido y va a ser uno de los acontecimientos más polémicos de la temporada. Sí, me estoy refiriendo al “juevazo”, el “delolmonazo” o como finalmente decidamos denominar al asunto de la caricatura principesca en la revista satírica.

Creo que el tema debe analizarse desde dos puntos de vista, pero para uno de ellos no nos quedará más remedio que esperar a la decisión final de los jueces, al menos eso es lo que voy a hacer yo, que no soy experto en estas cuestiones y, por tanto, no voy a entrar a enjuiciar si el chiste es delito o no.

Sí me parece interesante establecer ciertas comparaciones con otro tipo de contenidos que aparece habitualmente en los medios refiriéndose, eso sí, a personas no pertenecientes a la "sagrada familia". Por que no es El Jueves, habitualmente, el que más denigra, insulta y agrede a personajes conocidos (y aquellos que lo sufrimos por desgracias del zapeo o por estar frente a la pantalla incorrecta en el momento equivocado, que son casi todos) y sin embargo a nadie se le ha ocurrido secuestrar a Jorge Javier Vázquez o a Carmen Alcaide (delitos éstos últimos con facetas muy diferente y en cada caso comprensibles...).

Pero lo que sí es definitivo en todo este caso es analizar la habilidad política, y judicial si me apuran, con la que se ha desarrollado. Gracias a la intervención "salvadora" de juez y fiscal llevamos cuatro días viendo la ya archifamosa portada de El Jueves, incluso hemos disfrutado de no pocas variaciones sobre el mismo tema que florecen aquí y allá por toda la Red española. Incluso la propia revista "contraataca" con una excelente portada que llegará hoy a los kioscos y que creo que expresa bien la noñez e incluso el infantilismo de la actuación judicial.

Otro éxito más para el Fiscal General del Estado y, todo hay que decirlo, para el juez Del Olmo.

Es el problema de ser más papistas que el papa; y esperemos que sea eso...

1 comentario:

Miguel dijo...

Desde luego que lo que han conseguido es darle una mayor publicidad y notoriedad a la revista. Si no se hubiese tratado de eliminar la publicación probablemente, casi seguro, hubiese tenido menor repercusión y, por tanto, ofensa y ataque a la imagen de los afectados. Con ello quiero decir que, en gran medida, si la imagen de los príncipes se ve dañada no es solo por la publicación, que siempre ofrece el mismo tono "chistoso" y a veces "ofensivo" y que justamente los que la compran es por ello, sino también por el lamentable procedimiento llevado a cabo para retirar la publicación del mercado.

A parte de todo ello, hay gente que critica el que se pueda retirar una publicación por tratarse de injurias o calumnnias. No voy a entrar en si en este caso concreto se puede encuadrar en una u otra ya que esa es labor y menester de los jueces. Lo que sí es que nuestro Código Penal contempla tal supuesto delito y que, además y por tanto, la libertad de expresión no es un derecho absoluto y encuentra su límite en los derechos de los demás, entre ellos el de no ser injuriados ni calumniados.

Por ello, la gente que emplea el calificativo de censura para alarmar a las masas podrá usarlo, pero deberían no alarmarse en exceso ya que tal hecho está permitido en nuestro ordenamiento por lo que no hay que asustarse tanto porque en algún caso se llegue a producir algo que, en realidad, está permitido en ciertos supuestos y que el único objetivo que tiene es defender y proteger nuestros derechos en tales situaciones en que se vean vulnerados.