04 septiembre, 2008

Y luego nos llamarán machistas

La verdad, hay cosas que uno ya no sabe como tomarse. Cuando Carme Chacón fue nombrada ministra de Defensa era la primera mujer que ocupa el cargo y la cosa se nos vendió como el colmo de la igualdad y la modernidad.

Resulta que la flamante ministra está embarazada (eso me parece bien) y para dar ejemplo de lo que deben ser los derechos de la mujer se pega vuelos de nosecuantas horas en un avanzado estado de gestación (eso ya no me parece tan bien: estaba poniendo en riesgo a su niño y si no no habría ido acompañada de un servicio médico de primera) y acorta su baja de maternidad.

Pero lo peor no es eso, lo peor es que la primera decisión distinta, significativa y diferente de la ministra en el ejercicio de su cargo es... comprar trapitos para la tropa. Sinceramente, se me hace muy difícil creer que nuestras fuerzas armadas no tengan ningún asunto más importante que atender, nada más urgente en lo que gastarse el dinero que, por otra parte, imagino que no será muy abundante dado el tiempo de furibunda crisis en el que nos encontramos y en el que el ejército tiene bastante difícil ser considerado parte del sacrosanto "gasto social".

Por supuesto, cualquier crítica a esta soberana estupidez será rápidamente tachada de machista, como si fuera culpa nuestra, como si hubiéramos sido nosotros los que hemos cumplido meticulosamente el tópico machista de la mujer como ser básicamente superficial únicamente preocupado por los modelitos.

Ahora sólo falta un desfile de soldadas y ministras por el Vogue, es lo que el país y nuestro socialismo - fashion - siglo XXI necesitan, no sea cosa que Garzón empiece a aburrirnos y a la gente de le por enterarse de la que se nos viene encima.

4 comentarios:

Jonsy Gaviota dijo...

Que no, que estás confundido, que lo de la ropa no ha sido la primera decisión significativa de la carmele....

Si mi neurona no me falla, la primera acción significativa de la miembra del (des)gobierno fue cuando al poco de volver del viajecito, cambió lo poco que quedaba útil de la cúpula militar, y lo substituyó por afectos al régimen.

Creo que alguno todavía recuerda el cabreo...

Anónimo dijo...

Bah!! Que una mujer se vaya a comprar trapitos, de shopping como dicen hoy en día, no es noticia. Que una socialista lo haga a cargo del B.O.E., tampoco.

Anónimo dijo...

Al principio pensé como tú. Pero ahora yo digo: ¿y si lo piensas al revés?. Y si eres tú el que entra en el ejército y te obligan a ponerte ropa con corte de mujer: entalladita la cintura, mas ancho en las caderas, lo que es ropa diseñada para un cuerpo femenino y no masculino. Exacto: parecerías un mariconazo (si esto se puede decir), con el pantalón ajustadito. Pues eso parecen esas mujeres con ropa militar con corte de hombre: unas machorras con la ropa super ancha. Como si llevaran puesto un saco de patatas.

Cuando entraron los hombres como auxiliares de vuelo (no azafatos), se les diseñaron uniformes, no se les ponían los sobrantes de las azafatas. En fin, que no me va el rollito de la Chacón ni sus embarazos, pero si en mi trabajo me obligaran a ponerme ropa cortada para un hombre no me gustaría, ni a tí que te pusieran ropa cortada para una mujer. Digo yo, vaya, por ponerme a pensar.

Anónimo dijo...

Ole tus huevos, tienes mérito al hacer un blog en el que dices lo que piensas abstrayéndote de lo que te digan los demás, en esta época en la que todos los que no comulgamos con el feminismo imperante somos tachados de machistas... Felicidades