13 enero, 2009

Una pequeña reflexión sobre el "proceso" a Gago

Por diversas razones no tuve la posibilidad de escribir sobre el tema de la querella a Víctor Gago al surgir el tema en mitad de las vacaciones y sentir luego que se me había "pasado el arroz" un poco. Además, como mucha gente había dicho ya cosas interesantes, me pareció que mi aportación tampoco era imprescindible.

No obstante, ayer Mariano Rajoy tuvo a bien opinar sobre el asunto (requerido por una incisiva y directa pregunta de Javier Somalo, y que conste que no es por hacerle la pelota) y, si bien es verdad que tampoco esperaba yo que se partiese la cara por la libertad y por los periodistas de los que alguna vez ha tenido o puede esperar cierto apoyo (a los que le zurran día sí día también sí que les coge cariño, ¡ay el alma masoquista del PP!), creo que su decepcionante respuesta merece algún comentario.

Aducía Rajoy que la gente tiene derecho al honor (cierto, así como a deshonrarse a sí mismos con sus actos) y que defender ese derecho "no es atacar a nadie". La frase parece razonable e incluso se podría estar de acuerdo, lo malo es que no aplica al caso que tenemos entre manos. Entiendo que si Carmen Martínez Castro pensaba que las afirmaciones de Víctor Gago atentaban contra su honor tenía varias formas de "repararlo" y que la querella judicial sólo era la última de ellas, la que se podía tomar una vez las anteriores no hubiesen funcionado.

En este caso, además, todas esas formas de reparación y rectificación han estado a disposición de Martínez Castro sin que esta se dignase a aprovecharlas: como a estas alturas todo el mundo sabe el propio Víctor ha rectificado públicamente y ha pedido disculpas, y el medio de comunicación en el que se pronunciaron las palabras ofreció a la directora de comunicación popular la oportunidad de hacer uso del preceptivo derecho de rectificación.

Pero a la "ofendida" Carmen no le ha bastado con eso, necesita a los jueces. Hay que tener en cuenta, además, que las palabras de Gago tampoco tuvieron impacto en todo el orbe que demoliese sin remisión la compleja y delicada torre del honor de Martínez Castro, la radio donde fueron pronunciadas no tiene una audiencia de miles de millones (hay bastante gente que oye y ve Intereconomía, pero no es la SER o la COPE) ni Víctor es una superestrella de los medios con centenares de miles de seguidores acérrimos.

Y esto nos lleva a la segunda parte del razonamiento de Rajoy, cuando dice que con la querella no se trata atacar a nadie sino de defenderse.

Podría creerle si el tema en cuestión hubiese ocurrido en el programa de máxima audiencia y el protagonista fuese su mayor estrella, pero como decimos la radio no era precisamente la número uno, y Víctor Gago es un excelente periodista pero no una estrella, como yo mismo sólo es un honrado trabajador, clase media de la profesión, de los que no cobramos miles de euros por pasearnos por las televisiones.

Una querella contra un periodista famoso, de una gran empresa, con muchos abogados y millones de seguidores podría no ser un ataque; cebarse con un profesional modesto sí lo es, pero no a él sino a todos los que, como él, no tenemos ni el dinero ni los medios para defendernos.

Un ataque y, sobre todo, el aviso de que nadie está a salvo por modesta que sea su posición o la tribuna que tenga para opinar e informar en libertad, de que, parafraseando a Alfonso Guerra, el que se mueva no sale... del juzgado.

PD.: No se pierdan el muy interesante blog en el que Víctor nos cuenta su "proceso".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estupenda entrada de denuncia Carmelo. Si los mismos hechos hubiesen sucedido a la inversa (Gago el denunciador y Carmen la denunciada), el feminismo pptiano ya estaría tildando y definiendo tal hecho de machismo, pero cuando ello lo realiza una mujer, dicho acto (que lo que pretende es más la humillación del hombre que la justicia) no es tildado de hembrismo.

Que además esta dama tenga el aval del antilider Rajoy dice mucho de los dos y su partido de pertenencia. Aprovecho esta ocasión una vez más para desear la pronta fragmentación del pp (la del psoe Rosa Diez ya la está llevando a cabo con éxito). Si algo distingue al liberalismo del pp y del psoe es que por muchas condenas que nos hagan (por luchar como Gago por tener nuestra individualidad una voz propia) jamás nos convertiremos en rebaño, sea este marxista, pptiano o feminista. Por cierto, tres formas de integrismo.

Mis apoyos a Víctor Gago

Pablo el herrero

Anónimo dijo...

Pero vamos a ver, en primer lugar si Gago estaba haciendo uso de su libertad de expresión entonces no entiendo a qué vienen disculpas y rectificaciones. Si se ha disculpado será tal vez porque se ha extralimitado y por tanto su comentario podía ser calificado de injuria, calumnia, intromisión en el derecho al honor o lo que sea. No tienen por tanto sentido clamar por la libertad de expresión.

Segundo, uno de los pricipios del liberalismo, o al menos así lo entiendo, viene a ser que todos debemos jugar con la misma baraja, sin distinciones de ningún tipo ni para lo bueno ni para lo malo. Por tanto usar como argumento la modestia del profesional o la audiencia de la emisora donde hace las declaraciones no parece válido.

Tercero, muchos de los que clamaban por ejemplo contra Maruja Torres, el alcalde de Getafe etc. y pedían querellas contra ellos por parte de PP ahora defienden a Gago. Pues véase el punto segundo.

Y sobre el comentario enterior, lo del machismo y el hembrismo me parece cogido con alfileres. No le veo relación con este tema. Pero pongamos otro ejemplo; Como ya dije en otro comentario, si la injuriada o calumniada hubiera sido Esperanza Aguirre a Gago le atizarían los mismos que ahora le defienden hasta en el paladar.

Saludos.

Anónimo dijo...

Amigo CMRR, estaría de acuerdo contigo si no existiesen algunos peros que a continuación te relato.

Primero, en cuanto a lo que dices “si Gago estaba haciendo uso de su libertad de expresión entonces no entiendo a qué vienen disculpas y rectificaciones.”

Que yo sepa Gago no ha rectificado ni una coma de lo que en su día dijo y sólo se ha disculpado, si en aquello que dijo, partiendo de la información que en su día tenía para decir lo que dijo, hubiese otras informaciones que desconociéndolas, las suyas pudiesen entrar en contradicción. Espero que la tal Carmen las presente en juicio.

Segundo, en lo que refiere cuando dices “uno de los principios del liberalismo, o al menos así lo entiendo, viene a ser que todos debemos jugar con la misma baraja, sin distinciones de ningún tipo ni para lo bueno ni para lo malo.”
Estoy de acuerdo contigo en lo teórico, en este caso no en lo práctico. El pp (léase la socialdemocracia de derechas), ha copiado la perversión y el indoctrinamiento del psoe en cuanto al uso que hace de la justicia, pues al defender la actuación de la tal Carmen en base “al honor”, te recuerdo al respecto de este concepto justicero, que los primeros liberales de este país, dejaron muy claro, que el respeto al individuo estaba por encima del respeto a su honor, pues en nombre de este la hasta entonces justicia (del siglo XIX) permanentemente los poderosos habían pisoteado los derechos del individuo a su libertad de pensamiento y expresión. A esto del honor (que es en lo que se basa Rajoy para defender a la tal Carmen) si que yo le llamo coger la justicia con alfileres.

Y por último, en cuanto a lo que te refieres a que mi crítica al definir la actitud de la tal Carmen como hembrista, y decir al respecto de ella que la misma “parece cogida con alfileres”, decirte que insisto en ella. Y de nuevo aprovecho la ocasión para denunciar una vez más como la socialdemocracia pptiana repite como una mona las actitudes y el lenguaje hembrista de la socialdemocracia psoetiana. Nada más hay que recordar a la ministra de Fomento en el Parlamento escupiendo a la cara del varón que la critique, como éste ha de escuchar sus clásicos insultos de “machista” o la frasecita de “eso no me lo diría si fuera un hombre”. Claro, que si un hombre le dijera a ella la misma frase que ella espeta a un hombre (por ejemplo “si es usted hombre eso dígamelo en la calle”), dicha frase sería suficiente para definir a ese hombre de machista, pero si ella la dice, por ello no es tildada de hembrista.

Por eso amigo CMRR, cuando afirmas lo que dices al respecto de Esperanza Aguirre, déjame que te aclare, que yo, que no soy nada pptiano, te diga que jamás defenderé a esta mujer... entre otras cosas por su hembrismo.

Hace cinco años se hizo famoso su discurso antivarón al aprobar una ley para que los maltratadores (sólo varones) se les instalase una pulsera de control (lo que se ha dado en llamar la “pulsera de Doña Espe”). Ya sabemos que en épocas muy anteriores a los definidos por el poder de turno como peligrosos se les marcaba en la piel. Pero solamente te recuerdo que en el año 2008 han muerto cerca de cuarenta hombres a manos de sus compañeras sentimentales, hay más de 3.000 denuncias de maltrato puestas por los maridos a su ex-esposas, hay cerca de mil denuncias puestas por las segundas esposas de estos maridos al ser atacadas (incluso fisicamente en no pocos casos) por las primeras, etc... y para todas estas mujeres, la tal Esperanza Aguirre no defiende con igual fuerza que a esas maltratadoras y asesinas de igual manera se las marque con “la pulsera de Doña Espe”. Toda feminista en su concepto de justicia hembrista sabe muy bien quien siempre ha de salir ganando con su justiciero concepto de igualdad.

Así es que amigo CMRR, no me cuente entre las amistades de esta señora. En cuanto al pp, repito mi crítica anterior, institucionalmente hablando, para mi no es creíble nadie. Sólo espero y deseo que se rompa. Para los que nos definimos como liberales, hace ya tiempo que sabemos que nuestra lucha no podrá hacerse nunca dentro de los partidos, sino a través de los movimientos democráticos de la sociedad civil. Justo esa sociedad a la cual los grandes partidos ya no representan y quieren ahogar.

Gracias en cualquier caso por la atención que has dado a mis palabras

Pablo el herrero