No encuentro palabras para definir el descaro y la falta de ética de un Gobierno que, tras pasarse quince días de campaña avisándonos de lo verdes que eran los brotes, tiene que utilizar el primer Consejo de Ministros para advertir que se ha quedado sin dinero para pagar el subsidio de desempleo, retrasar el menor atisbo de recuperación económica hasta 2011 y subir los impuestos.
De acuerdo, vale que no podíamos pedirle que hiciese algo así la semana de las elecciones, ni tan siquiera diez o quince días antes de ir a votar pero, o bien ya sabían que todo esto sería necesario hace algún tiempo y han callado como verdaderos miserables hasta estar seguros de que no les hacía daño en las urnas, o bien se han dado cuenta esta semana y la situación es de tal gravedad que hay que actuar con una velocidad inusitada.
Aunque las dos posibilidades me resultan particularmente escalofriantes, tiendo a inclinarme por la primera, la mentira soez, el engaño masivo, una inmensa tomadura de pelo que se hace sin ningún pudor, sin ninguna vergüenza y, me temo, con un muy reducido coste político.
Porque lo más triste de todo es comprobar como al Gobierno le sale extremadamente barato mentir, como nuestra sociedad está tan aborregada, nuestros medios tan manipulados y nuestra oposición tan idiotizada que dará lo mismo, ahí seguirán dentro de un tiempo (de bastante tiempo, me temo) mintiéndonos una y otra vez… y los españoles tan felices votándoles también una y otra vez... será que nos gusta.
PD.: Y no dejen de leer el excelente artículo que ha publicado Juan Ramón Rallo en Libertad Digital con el expresivo título La carrera de la rata.
12 junio, 2009
Nos mienten (y nos gusta)
Posted by Unknown at 6:02 p. m. Menéame
Labels: economía, gobierno, periodismo, política
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