Creo que todos estamos de acuerdo en que el mundo seguirá rodando tanto si el PP obtiene 23 eurodiputados como si saca 20,19 o 27; y en que otro tanto se puede decir del PSOE.
Vamos, que si somos sinceros nos dan completamente igual los resultados europeos de estas elecciones (con un parlamento demasiado lejano que no entendemos bien y del que sólo somos una pequeña parte), pero no tanto los españoles, es decir, la influencia que la votación del próximo domingo pueda tener en nuestra política nacional en un momento de grave crisis política y en el que ni Gobierno ni oposición están para tirar cohetes.
Así las cosas preveo cuatro posibles resultados que en principio nos llevarían a otros tantos escenarios y que marcarían el futuro político a corto y medio plazo.
El primero de ellos, no necesariamente por orden de probabilidad, es una victoria del PSOE, que sería muy ajustada pero que se sentiría y se vendería como un refrendo a la política de Zapatero, al Plan E, los brotes verdes, el nuevo modelo productivo y todo lo que nos quisiesen meter por el embudo a partir de aquí.
Esto podría servir al presidente para reforzar también su posición parlamentaria, ya que algunos que actualmente huyen de PSOE como de la peste empezarían a sentir ganas de amancebarse de cara a los PGE. Con los presupuestos aprobados Zapatero disfrutaría de un semestre de gloria presidiendo la UE y convocaría elecciones en otoño del 2010, con un cierto rebote económico en marcha o, al menos, cómodamente instalados en el fondo.
En el PP esto provocaría una hecatombe para la que me dicen que muchos, por si acaso, ya se están preparando y que llevaría a un cambio bastante radical en la cumbre del partido. Se abriría el melón sucesorio en un proceso que Rajoy no podría controlar y que llevaría a comandar los destinos de Génova13 o al alcalde de Madrid (y las consecuencias de esto serían imprevisibles) o bien a un líder de prestigio que ahora no está en primera fila pero que podría concitar el suficiente consenso. El único nombre que se me ocurre y he oído es el de Rodrigo Rato.
Opción B: el PP por los pelos
La segunda posibilidad es que el Partido Popular se imponga pero con un resultado muy ajustado, inferior a un dos por ciento de diferencia y por sólo uno o dos europarlamentarios.
En este caso el Gobierno sufriría un pequeño temporal, pero con el verano de cara y las cifras del paro algo más calmadas no debería tener muchos problemas en superarlo. La negociación de los PGE le resultaría algo más cara pero no imposible y, a trancas y barrancas podría llegar a 2010 y la presidencia de la UE. De nuevo, elecciones en otoño.
Mientras en Génova13 la situación sería también explosiva, algunos intentarían abrir el melón sucesorio y otros cerrarlo mientras los puñales irían de un lado a otro que ríanse ustedes de la casa de las dagas voladoras. La batalla interna y la resistencia de la actual dirección, parapetada en su victoria pírrica, llevarían a retrasar el proceso y a que, por fas o por nefas, el partido no estuviese preparado para el previsible enfrentamiento electoral en año que viene.
Opción C: el PP, no tan por los pelos
Este escenario vendría definido por una victoria del PP entre los dos y los cuatro puntos, que sería suficientemente fuerte como para que Rajoy y sus acólitos aguantaran en el partido pero no lo bastante como para poder tumbar al Gobierno en lo que queda de año.
Al PSOE le resultaría muy complicado aprobar los PGE, pero no imposible, y el PP tendría todavía más difícil articular una oposición lo suficientemente fuerte como para forzar la convocatoria de elecciones, y tampoco creo que lograse los apoyos suficientes para presentar con éxito una moción de censura.
Así las cosas, se abriría una etapa de inestabilidad en la que, dependiendo de la evolución de la economía y de otros asuntos colaterales (véase escándalo Chaves, por poner un ejemplo), Zapatero podría llegar o no a la ansiada presidencia de la UE y tirar hasta el otoño del 2010.
En el segundo caso, si hay unas elecciones antes, lo más probable es que en unas generales el PSOE volviese a movilizar a su electorado y que un PP “dirigido” por Rajoy volviese a quedarse cerca pero sin ganar o, no sé si peor, llegase al poder sobre una base parlamentaria muy precaria que le impidiese abordar las reformas que el país necesita (y por las que tampoco se les ve muy entusiasmados, todo hay que decirlo).
Opción D: el PP por goleada
Nos encontraríamos con este último escenario en el caso de que el PP ganase este domingo por cinco puntos o más. Con ese resultado y esta crisis el Gobierno tendría muy difícil aguantar y, probablemente, podría haber elecciones antes de final de año o incluso se podría plantear una moción de censura.
Rajoy iniciaría una campaña de largo recorrido y con mucha presión e intentaría llegar a la Moncloa e iniciar su mandato presidiendo la UE (que no sería mala manera) y logrando así unos meses de tregua en los que, pese a que probablemente no tendría una mayoría parlamentaria muy amplia, se podrían ir pactando algunas reformas con los grupos minoritarios y esperar a que el PSOE atravesase su propia crisis.
Si me preguntan por qué escenario prefiero casi les diría que el A, que me parece que a la larga sería el mejor para el país (si Zapatero no lo hunde definitivamente en año y medio). Si lo que quieren saber es cuál creo que es el más probable, me temo que el C, aunque también creo que, con casi una semana de brotes verdes por delante, podríamos llegar al B. El D es el que me parece más improbable.
Y por supuesto, todo esto es política-ficción, así que no se crean nada ☺.
03 junio, 2009
¿Qué pasará el lunes? Escenarios post 7J
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