22 agosto, 2009

¿Guerra entre el PSOE y Prisa? No será para tanto…

Ayer viernes, con todo el bombo de una página completa en El País y todo el platillo de una jugosísima entrevista en la SER, Juan Luis Cebrián pareció declarar a una guerra abierta el Gobierno, al que puso de vuelta y media con especial saña en las personas de Zapatero y Sebastian.

Hay que señalar que este ataque de venal indignación no le ha venido a Janli porque el PSOE cometiese crímenes de estado varios organizando una guerra sucia que supuso varios asesinatos, algunos a personas completamente inocentes; ni porque se negociase vergonzantemente con una banda de asesinos; tampoco lo causó la irresponsable aprobación de un Estatuto de Cataluña que es un desastre para España… y para Cataluña; ni siquiera ha sido motivado por la desmadrada política económica que está hundiendo al país (y también a El País) en unas cifras de paro nunca vistas.

No, el cabreo ha venido cuando les han tocado a ellos el negocio: la ética siempre como estandarte.

Contra lo que puede parecer, la situación ahora puede resultar divertida (tengo que reconocer que disfruto con todo esto con un placer refinado y malévolo) pero no creo que vaya a tener una gran transcendencia política.

En primer lugar porque en los medios de Prisa el psoecialismo es más que una tendencia ocasional o una opinión firme y razonada, es algo que parece ya marcado a fuego en el ADN no sólo de los periodistas que allí trabajan sino en el de periódicos, radios y televisiones, porque los medios desarrollan también su propio código genético.

Así que a estas alturas apoyar al PSOE y atacar al PP está en la naturaleza de toda Prisa, y una maquinaria de ese tamaño es muy poco eficaz si trabaja en contra de sus más primarios (y bajos) instintos.

Además, y en segundo lugar, porque contra lo que pueda parecer y como ya hemos dicho por aquí, porque en los últimos tiempos incluso en la tarea que le es natural y propia (destrozar al PP) el ejército prisaico ha perdido eficacia de forma alarmante (alarmante para ellos, claro) y ahora por mucho que se emperre en una “fantástica exclusiva” portada tras portada, por mucho sumario judicial que filtre y por mucho editorial demoledor que firme tiene una tremenda falta de punch político y judicial. Dicho en román paladino: a la gente se la pela lo que diga El País.

Supongo que es porque en las filas de los afectos los quereres se han dividido, con lo que ya no se dirige a la grey con la misma eficacia de siempre, y eso encima hace que se pongan de los nervios y todavía lo hagan peor. Y en el otro lado, en las filas de los desafectos, la gente parece ya estar un poco de vuelta y excepto en Génova 13 y en la Plaza de Cibeles todo el mundo pasa de El País y de la SER como de deglutir heces (para que vean lo fino que puedo llegar a ser).

Por otra parte, el PP se basta y se sobra él solito para ir destrozándose, que últimamente parecen un mono con una caja de granadas.

Así que más que una guerra a mi me parece que esto va a ser algo así como una pelea en el barro: más sucio y más obsceno, sí, pero infinitamente menos peligroso para los contendientes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

El símil del PP marianista como un mono con una caja de granadas es perfecto. También podría haber dicho que son capaces de pegarse un tiro en su propio pié sin llevar ningún arma, paro eso supondría atribuirles características demasiado evolucionadas.

La coprofagia prisaica de Génova 13 y el ayuntamiento gallardonita también es brillantemente descriptiva.

En cuanto a las peleas en el barro, ni siquiera llegará a eso; dentro de poco estarán otra vez dándose besos en el morro con Roures y ZP, y si se tercia, con los hombres de paz de ETA.