21 octubre, 2005

Cosas que no puedo entender

Desde mi supina ignorancia sobre todo lo que sea llevar una gran empresa (pero aplicando un poco de sentido común) hay algo que me tiene sorprendidísimo en los últimos días y que me gustaría comentarles a ver si alguno de ustedes, almas y lectores caritativos, son capaces de explicarme.

Como les digo nunca he dirigido una supercorporación (supongo que esto no les causa sorpresa alguna) y posiblemente por esa razón hay algo que se me está escapando, pero imagino que si ese fuera el caso, antes de lanzarme a comprar otra macrocompañía me cercioraría de que mi negocio está sobradamente saneado, de que no hay nubes en un futuro cercano que puedan plantearme problemas y de que la liquidez va se me va a salir por las orejas, para que ustedes me entiendan.

Cual no será mi sorpresa cuando veo que las dos grandes empresas españolas que se han propuesto comprar y repartirse una tercera están suplicándole al gobierno (y logrando, al menos en uno de los casos) aumentos en sus tarifas reguladas, que en el caso de una de ellas han sido bastante jugosos (una media de casi el 10 %).

Es decir, o su negocio no va tan bien como podría pensarse al verlas lanzarse sobre una compañía enorme y competencia directa suya o se están tirando a la piscina de una forma que uno no esperaría de tan fantásticos gestores como deben de tener.

¿Alguien puede explicarme cómo puede ser esto? ¿Ah, qué es por eso? Coño, que descaro, si ya decía yo que no tengo ni idea de estas cosas...

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