20 octubre, 2005

Puntos de partida y abismos de llegada

Como siga así de brillante nuestro amado Presidente acaparará espacio en esta humilde página hasta convertirla en “El blog de bitácora de Zetapé y sus muchachos”, espero que sepan ustedes perdonarme este mal de la monografía que me está entrando, pero es que vamos de genialidad en genialidad y uno no puede dejar de comentar aunque sea sólo las más excelsas de ellas.

Ayer en el Senado brilló de nuevo el verbo de Zetapé, cada día más conciso y revelador y yo creo que más cercano a las intimidades de su ser, nos habla el presidente Rodríguez de un tiempo a esta parte desde su corazoncito bermellón y casi en cada frase queda retratado en todo su esplendor como ese gobernante que pasará a los anales de la historia, dicho sea lo de anales en el sentido rectal del término.

Y es que en mitad de su encendido discurso y tras explicarnos que su postura ante el estatuto estaba muy clara (yo creo que se refería a la del misionero aunque también podría ser que fuese la del perrito) abrió el frasco de las esencias y nos iluminó: “La verdad no es el punto de llegada, es el punto de partida, en democracia el punto de llegada es el acuerdo”. Es decir, que si estamos de acuerdo podemos decidir que el cielo es de color verde, que el sol sale por la noche o, por poner otro ejemplo, que Cataluña es una nación o un “Ente ectoplásmico supranacional”.

Es más que probable que tras decir semejantes barbaridades él se crea que ha partido la pana de la dialéctica, pero la cruda verdad, tal y como lo veo yo, es que ha quedado retratadito: no le importa la verdad sino el chalaneo que de ella se haga, el acuerdo político al que llegue con sus amigotes de ERC en la muy sublime tarea de mantenerse todos calentitos en la poltrona.

Pues mire señor Presidente, en la política y en la historia hay muchas cosas opinables, pero hay también otras que son como son y no nos queda más que aceptarlas o mentir y engañar a la opinión pública; por ejemplo, América fue descubierta por Colón pese a quien pese; o España lleva más de 500 años siendo una realidad política, cultural y social (y eso si que les pesa a muchos).

- ¿Verdad? ¿Mentira? Pues oiga, no me viene nada.
- Seguro que por decencia tampoco.

PD.: Quienes sigan el link hasta la web de Informativos Telecinco encontrarán una transcripción de la frase ligeramente diferente a la que yo ofrezco aquí, quede constancia que la oí ayer en la radio y fue formulada tal y como la pueden leer en esta modesta página.

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