29 noviembre, 2005

Club Gourmet

El Ayuntamiento de Palma ha editado una imprescindible guía en la que, entre otros temas, se trata de las cualidades gastronómicas de determinados fluidos corporales, concretamente de la sustancia que segregan ciertos órganos colganderos del cuerpo de los varones.

Como suele ocurrir en estos casos, nuestras autoridades son tremendamente timoratas en el gasto público y se han quedado muy lejos de las verdaderas necesidades de la sociedad en cuanto a este tema: la acción del estado tiene que ir mucho más allá y, ahora que hemos descubierto que el semen es como la Vichyssoise y está en nuestra mano preparar la receta (dicho sea lo de mano sin segundas intenciones), hay que hacer un esfuerzo como sociedad para alcanzar las más altas gotas, digo cotas, de excelencia.

Y es que una vez puestos en la rampa de la mejora… ¿qué nos impide explotar esa calidad como un convincente reclamo turístico? ¿No es más cierto que a la llamada de un semen de primera las y los turistas de todo el mundo acudirían como si de la pesca del esturión se tratase?

Por supuesto, todo esto haría necesario desarrollar los correspondientes mecanismos de autorregulación y de control de la calidad, por ejemplo creo que sería imprescindible la creación de una denominación de origen que certificase que todo lo que se vendiese por ahí como semen español es auténtico y verdadero semen español de la máxima calidad.

Otro paso consecuente de esta política sería arbitrar las medidas para retribuir a cada productor en relación a su calidad, pues me parece notoriamente injusto que aquellos que sean más diestros en este arte no reciban la correspondiente recompensa. En este sentido y aunque la iniciativa privada ya está tomando cartas en el asunto (me dicen de muy buena tinta que ya está en galeras la Guía Penechelín) deben ser las autoridades competentes las que evalúen la calidad y condiciones de cada establecimiento y establezcan las correspondientes clasificaciones (como los tenedores de los restaurantes pero utilizando otro símbolo, no sabría en este momento decir cual) para que el consumidor pueda tomar sus decisiones con todo el conocimiento y no puedan darse los engaños y los errores que llegasen a desestabilizar un mercado floreciente.

En definitiva, señores del Ayuntamiento de Palma, han dado ustedes con lo que nos tenía a todos los españoles preocupados y hacen bien en gastarse nuestro dinero (el de los contribuyentes de su ciudad, en este caso) en algo tan fundamental como mejorar las calidades gastronómicas del semen patrio, pero creo que no es suficiente, deben profundizar mucho más en el tema, recabar la colaboración de otras administraciones y, sobre todo, gastar mucho más dinero público, que todos lo que pagamos impuestos somos felices al percibir como nuestro dinero sirve para atender los temas verdaderamente fundamentales.

Qué cruz de políticos, Señor, qué cruz.

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