25 noviembre, 2005

Nación de casualidades

El gobierno y parte de sus socios decidieron ayer en el Congreso darle unos 151 millones de Euros a la UGT. El miércoles próximo vence un crédito de, que casualidad, 150 millones de pesetas que el Instituto de Crédito Oficial le concedió al sindicato para que éste reparase de mala manera el desbarajuste que supuso el desmoronamiento de la PSV, uno de los mayores robos a gran escala de la historia de este país.

Según algunos mal pensados de la derechota más rancia como el Secretario General de CCOO, Feliciano Fidalgo, tal cercanía de fechas es asaz sospechosa e incluso podría romper con dos décadas de armonía sindical. Yo creo que el Sr. Fidalgo exagera, esa proximidad de fechas y cifras no es sino una casualidad, otra más, de las muchas que se dan en este país, estado o nación de naciones, que al paso que vamos se va a llamar, digo yo, nación de casualidades.

Porque, claro, casualidad es que el partido que dirige el ministro de Industria reciba una hermosa dádiva de cierta entidad bancaria propietaria de ciertas empresas que han visto, acto seguido, como ciertas tarifas que regula cierto ministerio han aumentado notablemente.

Casualidad es también, qué si no, que cierto grupo mediático (fácilmente reconocible, como decía aquel) vea como su concesión televisiva cambia como por arte de birli birloque y recibe la graciosa entrega de una televisión en abierto para todo el país, chollo del que hasta el momento sólo disfrutaban dos empresas.

Accidente, fortuna, azar, qué otra cosa puede ser sin duda la paralización de todas aquellas infraestructuras (trasvases, plan Galicia, carreteras varias en Madrid) que pudiesen suponer algún beneficio para las Comunidades Autónomas gobernadas ahora o en su momento por el Partido Popular.

Coincidencia, carambola, cuestión de suerte y no otra cosa es que determinados “lobbys” de opinión como los famosos “intelectuales” del cine vean como la catarata de dinero público con el que los contribuyentes subvencionamos sus chalecitos ha crecido de forma más que notable, no tiene nada que ver, malpensados, con la campaña antiPP en la que muchos de ellos participaron.

En fin, que llegaron diciendo que no favorecerían a sus amigos “como el PP” y han mantenido su palabra: todo son casualidades de la vida, que se ve que tiene muchas.

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