06 noviembre, 2005

Una manifestación por una España de todos y para todos

Ayer por la mañana estuve en la manifestación convocada por el Foro de Ermua y de la que ya les daba noticia el viernes. La verdad es que he de decir que me he llevado una impresión bastante favorable, en primer lugar por la afluencia de gente, que creo que ha sido importante si se tiene en cuenta la entidad de los convocantes, pequeñas asociaciones y fundaciones varias, ejemplos de esa gran desconocida que es la sociedad civil.

Con los pocos medios de los que se disponía, casi sin apoyo en radios, televisiones o periódicos y habiendo convocado hace poco tiempo han logrado que prácticamente se llenase la Puerta del Sol, reuniendo a 10.000 personas según las cifras aportadas por la policía, que eran 20.000 en opinión de los propios convocantes.

Otro aspecto muy positivo es ver que entre la enorme cantidad de banderas que llenaban la plaza madrileña, muchas de España y también muchas de prácticamente todas las Comunidades Autónomas incluyendo Cataluña y el País Vasco, no había ni una de las del aguilucho. Creo que muchos de los lectores de esta página podrán entender la rabia que nos da a liberales y personas decentes de derechas en general que la presencia de los cuatro gatos fachas de siempre monopolice la atención de los medios y justifique la cantinela del despertar de la extrema derecha.



Hoy los que sacan el dedo de señalar fachas a la mínima se van a tener que aguantar.

Además de eso, ningún incidente, nada de violencia, incluso han sido escasísimos los insultos a Zapatero o Carod: sólo un par de ancianos injuriaban al presidente o pedían, literalmente, que se le pasase por el paredón, pero no eran sino la excepción que confirmaba la regla de la enorme corrección con la que se desarrolló todo.

Creo que hay mucha gente verdaderamente preocupada por el giro que están tomando los acontecimientos y por la capacidad del actual gobierno para llevar todo este proceso a buen puerto, personas que no son simplemente un tropel de desequilibrados fascistas, como pretenden hacernos creer, sino ciudadanos que se sienten libres en la España de la Constitución de 1978 y no quieren cambiar esa libertad para dar un salto a un vacío en el que los derechos los tengan los territorios en lugar de los individuos.

A muchos, de derechas, izquierdas, centro o bajo b resulta que nos gusta ser libres, ayer unos cuantos dijimos bien a las claras que no nos vamos a dejar robar esa libertad, al menos tan fácilmente como los liberticidas creen.

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