25 enero, 2008

La solución al cambio climático es... el burro

¿Energía nuclear? ¿Superconductores? ¿Biocombustibles? ¿Megacombustibles? ¿Energía de las mareas? ¿Pilas de hidrógeno? ¿De bicarbonato? No, la sólución al cambio climático está en el burro y el caballo de tiro, en volver a arar los campos como en tiempos de los romanos.

Aun pasando por alto la crueldad que esto puede suponer para équidos varios, obligados a un inhumano y anticaballar ritmo de trabajo por culpa de esta sociedad consumista, capitalista e hideputa, me llama la atención el artículo al respecto que hoy encuentro en la página web de los colegas de Público y que firma Andrés Pérez.

En él se nos cuenta como la moda en Francia es la vuelta al trabajo animal:

La subida del precio del combustible fósil, la preocupación por una agricultura ecológica, la búsqueda de una mayor calidad en los productos de la tierra y el miedo al cambio climático han transformado radicalmente las coordenadas de un problema al que los agricultores se enfrentan desde hace unos 10.000 años, y que se resume así: ¿qué energía usar para trabajar la tierra y su fruto?

Lo malo es que tan sólo un párrafo después el periodista contradice su propia euforia (la funesta manía de introducir datos):

Según el censo agrícola, en 1996 sólo 93.000 caballos de tiro, asnos y mulas estaban registrados en las explotaciones; y buena parte de ellos estaba destinada a la carne que muchos consumían por miedo a las vacas locas. Una década después, con el barril de crudo cerca de los 100 dólares y un consumo de carne de caballo muy restringido, Francia tiene 108.000 caballos de tiro, asnos y mulas.

Vamos, 15.000 en diez años, sólo un 15 % más de burros y caballos, que tampoco es que sea lo que yo llamaría una "transformación radical". Pero lo mejor llega un poco más abajo:

De momento, es sólo un grano de arena, visible porque ciertos viticultores han encontrado en los équidos su mejor aliado para labrar parcelas de imposible acceso para los tractores, o parcelas de prestigio que quieren etiquetar como libres de toda máquina motorizada.

En resumen, que después de tanto párrafo de bombo y platillo nos enteramos de que el asno va... donde no llega el tractor. ¡Esto sí que es intentar vendernos una burra vieja!

No obstante, vale realmente la pena leer el artículo como ejemplo de las "soluciones" que la caterba ecologistoide prentende encontrar para el presunto problema del cambio climático y que, como los mandamientos de la Ley de Dios que me explicaban en la catequesis, se resumen en dos: cerrar los ojos a la realidad y echar atrás atrás el reloj tantos años como sea posible.

Y como muestra de la profundidad intelectual de estos interfectos, las declaraciones de un "experto" recogidas en el mismo artículo:

"El obstáculo (para la expasión del borrico) hoy son las herramientas y la maquinaria". Toma claro, y si no fuera por los ordenadores Olivetti seguiría vendiendo máquinas de escribir a cascoporro.

El de cuatro patas no sé, pero el burro de dos sí que abunda, sí.

Y no sólo en Francia...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

La idea es genial, sin duda.

El problema es cómo vamos a deshacernos de los milmillones de metros cúbicos de caca que van a generar los milmillones de caballos que vamos a necesitar para suplir a trenes, coches, aviones, barcos (¿barcos? ¿burros transgénicos? ¿cruces de burro y delfín? ¿tiburones de tiro?) y otros sistemas malignos malos malos malasombra.

¿Y qué decir de las moscas y otros insectos amantes del ganado? Veo un futuro de ciudades llenas de kk (y no de vaca) y enjambres de moscas carnívoras tomando cumplida venganza de la humanidad en nombre de Gaia, la poderosa (¿o era la Ponderosa?).

La humanidad ahogada en un tremendo montón de estiércol. Poéticamente patético. O patéticamente poético. U otra gilipolluá que añadir a la larga lista de aportaciones sandías al bienestar de la humanidad.

Y es que si esos hijos de satanás no estuvieran jugando con la vida de personas sería de risa.

Anónimo dijo...

Que no te metas con las vacas!, nuestras cacas huelen a flores, y no es metano el gas que desprende, sino la sublimación de la esencia de eau de rochas.

Para los barcos ya han inventado recientemente la cometa.jejeje.

Anónimo dijo...

Llevaba hace unos días a mi madre de visita al pueblo en el que había nacido; al comentarle lo frondoso que estaba aquéllo, con la yerba llegando hasta los arcenes, me respondió con naturalidad: claro, es que antes la gente dejaba los pollinos sueltos y mantenían limpia la carretera. ¡Lo que nos vamos a ahorrar en mantenimiento de carreteras!

Jonsy Gaviota dijo...

Entiendo que los ecologetas de turno han calculado ya
- La contaminación derivada del uso de abonos para cultivar el forraje
- Las consecuencias derivadas de la deforestación necesaria para crear zonas de pasto en las que cultivar
- El coste de los procedimientos de reciclado de los residuos derivados de la tracción animal, incluyendo la captura del metano y su bioconversión, para evitar la contribución del CH4 al efecto invernadero

Y sobre todo...
- Las comisiones que se va a llevar el dueño del bosque improductivo por su recalificación y reconversión en pastos
- Las subvenciones y ayudas que va a recibir el "cuñaooo" de turno para construir una fábrica de bioreciclado

Lo de siempre, vamos

gonzajda dijo...

el último reto para el ecologismo es la problemática de los jabalíes bajando por la sierra de Collserola y acechando los chalets de Las Rozas...a ver a ver como coño lo solucionan que cualquier día se van a comer un niño o algo.

goloviarte dijo...

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Anónimo dijo...
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