12 abril, 2008

A mí el gobierno... ni fu ni fa

La verdad es que cada día me parece que los ministros son cargos menos importantes o, mejor dicho, me da la sensación de que según pasan los años los titulares de las carteras ministeriales son más y más irrelevantes políticamente y, sobre todo desde la llegada de Zapatero al poder, da la sensación de que es ministro el que no puede ser otra cosa, sean hechas la excepciones, pocas, que cada uno estime oportuno.

Así las cosas, la llegada de un nuevo gobierno cada vez se lee más como si de un ejercicio de adivinación se tratase: ¿qué habrá querido decir nuestro gran líder? ¿Cuál será su secreto designio? ¿El que Pepito ocupe tal ministerio significa esto, aquello o todo lo contrario? ¿Por qué caminos nos llevará, en suma, su inaprehensible, voluntad?

Entreguémonos, pues ,al ejercicio adivinatorio ya que el supremo líder ha tenido a bien refrendar lo que ayer filtró a los medios.

Mi primera impresión es de una cierta decepción, no es que me esperase algo especialmente maravilloso, pero llama profundamente la atención la permanencia en el gobierno de varios ministros que creo que han acreditado de una forma bastante objetiva su falta de idoneidad para el cargo: Bermejo y Álvarez, principalmente, pero también Moratinos.

Lo de Bermejo es especialmente sangrante: si anuncias en el debate de investidura que uno de tus principales objetivos es llegar a determinados acuerdos en el ámbito de la Justicia es impresentable que el encargado de gestionar esas negociaciones sea un hombre que cae especialmente mal en la oposición, que ha demostrado que es un radical y que tiene dificultades para negociar... hasta con sus propios funcionarios.

Lo de Maleni Álvarez también tiene miga: polémica durante toda la legislatura es la primera ministra de la democracia que ha sido reprobada por el Senado, difícil me parece que no haya nadie en todo el Partido Socialista y aledaños capaz de hacer la tarea al menos tan bien como la renovada titular de la cartera y nos habríamos ahorrado el mensaje de chulería y arrogancia (¿qué fue del viejo talante?) que supone mantenerla.

Y de Moratinos sólo puedo decir que lo suyo empieza a tomar proporciones de plaga bíblica: ¿en virtud de qué mérito ha sido mantenido en el cargo? ¿Del éxito arrollador de la Alianza de Civilizaciones? ¿De nuestros papeles gloriosos en cumbres europeas e iberoamericanas? ¿Por las relaciones de privilegio que mantenemos con el principal país del mundo? La repanocha, vamos.

En cuanto a lo demás, se mantienen algunos nombres clave (Solbes, De la Vega y Rubalcaba, sobre todo); la meteórica carrera de "la Carme" la lleva al Ministerio de Defensa para el que todos pensamos que está hecha (sí, esto es ironía, no se vayan a creer); y de las nuevas caras poco hay que decir: medianías con mucho que demostrar con la excepción de Miguel Sebastián, que ya ha demostrado demasiado y cuyos méritos también están fuera de toda duda, ejem.

Por último, por mucho que la historia y el día a día nos demuestren lo contrario parece que los políticos siguen pensando que ponerle a un problema determinado un ministerio ad hoc sirve para algo, así que ahí tenemos pendejadas como Vivienda o el nuevo Ministerio de Igualdad. Lo dicho, pendejadas.

Ah, y a estas alturas de siglo seguimos midiendo a las personas según usen braguitas o calzoncillos, curiosa forma de progresar y de ser progresistas.

PD.: Caldera será el encargado de las FAES socialistas que el presidente está anunciando que va a crear, un supercentro de megapensamientopolíticosuperguay que, a buen seguro, nos dará tardes de gloria (y que promete ser un generador de momios de primera).

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