Los KISS no ofrecen soluciones para el cambio climático

Divertidísima entrevista la que este viernes ofrecía el más gafapástico de los suplementos gafapásticos (el EPS de El País, obviamente) con el cantante de los KISS (hay grupos a los que hay que añadirles el “los” delante, como a los Acedecé), Gene Simmons, un personaje casi tan peculiar como el tipo ese que vemos pintarrajeado por los escenarios.

Creo que nunca he escuchado un disco completo de Kiss y musicalmente jamás me han llamado la atención lo más mínimo (aunque ahora que he descubierto el Paranoid de Black Sabbath igual me pongo), de hecho, mi teoría siempre ha sido que si no fuesen disfrazados de locas no habrían vestido ni un puto disco.

No obstante, el fenómeno alrededor de esta banda (y panda) siempre me ha parecido digno de estudio: no es tan fácil encontrar otros grupos de los que se puedan ver cosas como una estatua con sus cuatro integrantes a una altura de dos palmos que costaba 250 dólares (la vi en una tienda de cómics de Nueva York) o el enorme tatuaje con sus cuatro caras pintadas que tiene un buen amigo mío.

Así que ver el careto y la lengua de Simmons en ese territorio habitualmente ocupado por insulsos personajes con un notable índice de gafapastismo y ponerme a leer fue todo uno. La recompensa estaba ya en el primer párrafo:

"Si habéis venido aquí a buscar soluciones para frenar el cambio climático", dice el guitarrista de KISS, Paul Stanley, de 57 años, sobre el escenario de Nueva Orleans, "os habéis equivocado de concierto".

¿Se puede ser más genial?

En el resto del reportaje Simmons desgrana otras frases no menos meritorias en las que analiza desde lo divino a lo humano, aunque hay que reconocer que se queda un poco más en lo humano. Muy interesante resulta, por ejemplo, su análisis de la política internacional y del conflicto en Oriente Medio (Simmons nació en Israel), del que piensa que la solución llegará del espacio exterior:

"A los extraterrestres no les interesan nuestros problemas", dice. "Cuando nos invadan se nos olvidará toda esa mierda religiosa y no habrá diferencias entre nosotros. Seremos simplemente hermanos terrícolas y dejaremos de lado nuestros conflictos para luchar contra ellos". Señor Simmons, ¿cree usted en los extraterrestres? "Todavía no", responde el bajista muy serio. "Pero matemáticamente es muy probable que existan".

Otro aspecto divertido es el que se refiere a su agitada “vida sentimental”: dice que se ha acostado con más de 4.000 mujeres (lo que me sorprende no es la cantidad sino que lleve la cuenta) y lo resume en un lema que merecería formar parte de un escudo nobiliario: "Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer. Y detrás de esa mujer estoy yo".

Por último, hay una parte de la entrevista en la que habla del dinero (como bien dice el reportero Kiss ha sido una inmensa maquinaria de crear cash) nos revela que detrás de la cara pintada y las botas de plataforma se esconde un business man que deja como hermanas ursulinas a los tiburones de Wall Street, aunque su fortuna sea hasta difícil de cuantificar: “Más o menos sé el dinero que tengo”.

Eso sí, lo importante no es la acumulación de millones sino la actitud hacia el negocio: "El dinero es lo más importante del mundo. Pero lo más divertido no es tenerlo, sino la forma de ganarlo”.

Lo dicho, todo un crack.