... si tuviésemos en cuenta los hechos sórdidos que nos las deslucen?
Grandísima pregunta que se hace Santiago González a propósito del enésimo artículo en el que se compara el velo islámico con el hábito de las monjas, en este caso de uno de los más políticamente correctos correctores políticos de la progresía correcta, Manuel Rivas.
El columnista de El Mundo y bloguero ha respondido a Rivas en un contundente post en el que nos deleita con algunos párrafos absolutamente definitivos como este en el que habla de la religión cristiana y la musulmana:El hecho de no creer en ninguna de las dos no me permite la equidistancia: Una de ellas es compatible con la sociedad de libertades en la que me gusta vivir, la otra no. Una de ellas es compatible con la igualdad de las mujeres, la otra no. En una de ellas, los obispos pueden excomulgar, apartar de la Iglesia a aquellos de sus fieles que no siguen sus reglas, pero no pueden encarcelarlos como en la otra. Sólo en las sociedades islamistas se cuelga a los homosexuales de las grúas y se lapida a las mujeres adúlteras. ¿Qué sería de nuestras analogías y metáforas si tuviésemos en cuenta los hechos sórdidos que nos las deslucen?
Después de leer atentamente los dos artículos (no dejen de hacerlo en el caso del de González, el otro es más bien prescindible, al fin y al cabo ya lo hemos leído mil veces) lo único que puedo añadir es esto: Santi, abusón, menuda paliza, no hacía falta tanto, el pobrecico no da más de sí.
15 noviembre, 2009
¿Qué sería de nuestras metáforas...
Posted by Unknown at 10:05 p. m. Menéame
Labels: islamismo, libertades, periodismo
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2 comentarios:
Ese "artista" final,hace daño, mucho.
Y además Santiago González es un periodista muy "fisno", emulando a su colega Arcadi. Le suele funcionar bien la ironía, el estilo sofisticado y oblicuo, pero en este caso entra a matar.
Pero da igual, esto no hace mella en quienes tienen más tirria al catolicismo que al Islam, a pesar de que en nuestra sociedad la afición a dar leña al mono cristiano genera aplausos y réditos económicos, mientras que en el Islam dar leña al mono mahometano genera ira y violencia, de modo que esa práctica solo es viable cuando se hace desde el mundo libre –y ni siquiera con esas, basta con recordar lo que le pasó a Theo Van Gogh.
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