07 noviembre, 2004

Las clases de buceo de Sonsoles

La izquierda española, y muy concretamente el PSOE, ha entendido desde que tengo uso de razón que el ejercicio del poder no es una situación transitoria y a expensas de la voluntad de la ciudadanía, sino un estado natural y, por lo tanto, sin fecha de caducidad.

De esa identificación entre sus propias personas o siglas y la ocupación del poder se derivan varias consecuencias llamativas. Una de ellas, por ejemplo, es la profunda irritación que les provoca un paso prolongado por la oposición, situación que consideran intolerable ya que en “democracia” a ellos les “corresponde” mandar. Un caso en el que esta irritación es muy visible es, por ejemplo, el lamentable dirigente madrileño Rafael Simancas, que en cada dos palabras que pronuncia introduce un insulto y dos mentiras.

Otra de las consecuencias de esta concepción patrimonial del estado es que se le da un uso consecuente con ella, es decir, hacen de lo público, de lo que se supone que es de todos los españoles, su propia finquita particular de la que usan y abusan a placer.

El último episodio de esta entrañable tradición nos lo ha proporcionado la propia familia del Presidente del Gobierno en la figura de su esposa Sonsoles, que ha decidido adentrarse en el apasionante mundo del buceo de la mano de unos expertos profesores: dos guardias civiles del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS). Desconozco si estos oficiales realizan esta importantísima misión en su horas de servicio y qué otros asuntos de menor importancia posponen si es ese el caso, pero creo que sería interesante que esa información llegase a la opinión pública.

Por si esto no fuese suficientemente lamentable las clases tienen lugar en la piscina del Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil de Valdemoro, y dada la peligrosidad del público habitual de la instalación (los propios miembros de la benemérita y sus familias) ésta tiene que ser desalojada cada vez que a la esposa del presidente le sale de los sonsoles darse un bañito, no sea cosa que haya miradas excesivamente indiscretas sobre su ebúrneo cuerpo.

Primero las hijitas saltándose la fila en un exclusivo club deportivo de Madrid y ahora la esposa echando a los guardias para que otros guardias le den clases.

¡Y sólo llevan seis meses!

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